Cada día que pasa en el devenir de la 34ta Vuelta a San Juan, Laureano Rosas tiene una sorpresa para sus rivales, primero, y para el público, después. La novedad de ayer no fue que ganara la etapa contrarreloj, pues, con el antecedente de sus dos victorias anteriores, era el candidato de fierro. Lo destacable es la manera en que lo hizo. Arrasando con todos sus adversarios. Convirtiéndose en el primer ciclista que baja los 18 minutos en el anillo mágico de la Avenida de Circunvalación. Volando a 53,481 kilómetros por hora para ganarle a Juan Pablo Dotti (C. Style-S. Plásticos). Rosas cubrió los 16 kilómetros en un tiempo de 17m57s; mientras que Dotti lo hizo en 18m59s, el resto superó los 19 minutos.

Quedan tres etapas, mucho aún, casi media Vuelta y todo parece indicar que la suerte está echada. Que el presente del capitán del SEP, apoyado en la fortaleza de su equipo, obliga al resto a pelear por el segundo puesto. Tanta ha sido, hasta el momento, la superioridad de Laureano que se dio el gusto de ganar en los tres terrenos (embalando, subiendo y en solitario) que salvo algún imponderable es difícil imaginar que no sea él quien levante la copa reservada para el campeón, el domingo en la Avenida de Circunvalación.

Sin embargo, por aquello de “carreras son carreras” y “una carrera no termina hasta que no se baja la bandera a cuadros”, hay que esperar hasta el final de la última etapa. Entre medio estará hoy el viaje a la Difunta Correa, trayecto pesado si los hay. Mañana el veloz circuito en Pocito y el último día las siete vueltas a la Avenida de Circunvalación. Sus adversarios, Dotti, Ricardo Escuela y Ricardo Julio (Municipalidad de Pocito) y Roberto Richeze (Agrupación Virgen de Fátima) y Sergio Godoy (San Luis Somos Todos), los cinco ubicados a menos de cuatro minutos intentarán desestabilizarlo. Y, será en este momento, donde primarán no sólo las cualidades individuales de quienes pelean la punta de la carrera, sino que será clave la tarea de sus equipos.

No hace falta ser muy ducho en los temas del ciclismo para no imaginar que el SEP-San Juan, como lo ha hecho durante toda la competencia, asumirá la conducción del pelotón a un ritmo elevado, que obligue a realizar un gran esfuerzo a quienes intenten fugarse. Si los que marcan el ritmo marchan a 45 kilómetros horarios, aquellos que los ataquen deberán “rodar” a más de 50, velocidad que no puede mantenerse por mucho tiempo.

Desbancar a Rosas no es imposible. Pero sí es muy difícil. Está encendido y su conjunto ha demostrado estar preparado para dejar la vida por su líder.