El bonaerense Matías Rossi se repuso ayer de una serie de problemas que afectaron a su Chevrolet y no lo dejaron girar en la primera clasificación del viernes y se adjudicó en el Autódromo de Toay su segunda pole consecutiva en igual cantidad de fechas. El trazado pampeano de 4.148,40 metros de extensión, albergará, además de las series clasificatorias, una final con carácter de especial porque los participantes deberán realizar en forma obligatoria el cambio de al menos un neumático, modalidad estrenada por la categoría en agosto último en Olavarría.

Gracias a la labor del equipo Donto Racing, que para la segunda y definitiva clasificación detectó las fallas y trabajó sobre varios elementos, tanto eléctricos como en el sistema de combustión, Rossi pudo alcanzar un giro de 1m15s117/1000 que le permitió alzarse con su pole número 21, en 185 participaciones. Al igual que en la primera fecha de la temporada en Concordia, el actual campeón de la categoría le arrebató el lugar de privilegio a Agustín Canapino, quien el viernes se había adjudicado la pole provisoria, pero debió conformarse con terminar como escolta.

“Estoy contento porque no apareció la falla, lo más preocupante desde la carrera de Concordia. Los parámetros estaban normales, por eso era muy difícil encontrarla. Estoy muy satisfecho por esta pole porque es fruto de todo el trabajo del equipo‘, evaluó.

Serán Rossi, Canapino y Ortelli los encargados de comandar los pelotones de las tres series previstas para hoy, programadas para las 9, 9.30 y 10, previas a la particular final que se desarrollará a partir de las 13 sobre 30 vueltas o 50 minutos como máximo.