El pistacho puede consumirse seco al natural, pero también salado y tostado.
El saldo no tiene ningún secreto y en San Juan se realiza en escala pequeña comparado con Estados Unidos donde 20 a 30 millones de kilos se procesan por año. Desde un bing de 300 kilos, los pistachos caen al horno y se los va humedeciendo a través de una máquina pulverizadora con una salmuera al 3 %. En Argentina se come poco pistacho salado pero sí se exporta.
En el tostado lo tenemos una hora y media a 230 grados. Luego se airea y se le baja rápidamente la temperatura con máquinas especiales. No debe quemarse como el maní.
Los pistachos se envasan en bolsas al vacio a atmosfora controlada (70% de nitrógeno y 30 % gas carbónico) y se venden a granel en cajas.
