“Te cambia la cabeza”. Textual de Lucas Salas después de volver a jugar en Primera el domingo después de más de 9 meses, cuando ingresó en el segundo tiempo para tener así su tercer partido, sin imaginarse que iba a ser el eje central del triunfo de San Martín sobre Lanús por 3-1. A sus 18 años y sin poder ocultar su felicidad, ayer Luquitas contó todas las sensaciones por las que pasó en menos de 48 horas. Desde enterarse que concentraba, pasando por el momento de entrar a la cancha, de la estupenda jugada para servirle el gol a Riaño, hasta las felicitaciones que recibió. Porque en ese lapso volvió a sentirse vivo y hoy sueña con seguir en la consideración del técnico para aportar su clase y dejar al equipo en Primera.

“Recién el sábado me imaginaba que podía concentrar cuando trabajamos la pelota parada, pero después cuando me lo dijeron fue una alegría enorme por volver, porque hace mucho que no estaba y me generó ansiedad”, contó el juvenil, quien inmediatamente alzó el celular para avisarles a su familia y amigos. Es que para él era “inesperado porque no venía jugando ni tenía continuidad”.

Concentró, almorzó, se fue a la cancha, se cambió y se sentó en el banco. Hasta que a los 18’ Forestello gritó “¡Lucas!”, y al pibe se le iluminó la cara. “No me imaginaba entrar, me sorprendió, pero lo que pensé fue que esa era mi oportunidad y que no la podía desaprovechar”. Y así fue, porque en los 27’ que estuvo en cancha demostró que está a la altura del resto, que hace tiempo viene pidiendo pista y un lugar entre los 18, que es la meta que se planteó para las 4 fechas que restan, ya que haber jugado el domingo le cambió la cabeza, como manifestó varias veces.

“Antes de ingresar Forestello me dijo que entrara en la posición de Gurí (Diego García y como volante por derecha), que en defensa marcara y en ataque encarara”. Y si bien no es su ubicación habitual, destacó que “me gusta porque arranco de más atrás y me sentí cómodo”.

Lucas, quien el año pasado integró la selección argentina sub20, entró cuando el partido estaba 1-1 y los hizo con convicción y puso en práctica lo pedido por el “Yagui”. Le sacó lustre a sus condiciones y siempre buscó el arco Granate. Encaró varias veces con la pelota pegada a su pie y desequilibró con su cintura y gambeta. Incluso pudo hacer un gol, pero en vez de rematar optó por el pase. “Si le pego mal me van a insultar, pensé en ese momento”, recordó entre risas.

Y fue similar a la enorme jugada que hizo en el final para servirle en bandeja el gol a Riaño, que significó el 3-1. “El gol me dio mucha felicidad por la jugada”, y la recordó: “Alvarez me llevó la marca y encaré para adentro, Riaño hizo la diagonal y lo vií, después él definió y me dijeron que en el festejo me señaló, pero yo no lo vi”.

Salas había debutado el 10 de agosto del año pasado con Sava como DT, por la 2da fecha, en la derrota 1-0 ante Colón y en la jornada siguiente otra vez ingresó en la caída 2-0 visitando a Newell’s. De ese partido, al del domingo, pasaron más de 9 meses. “Haber vuelto a estar en el banco y después jugar me genera otra expectativa, el día a día cambia. Ahora pienso en meter bancos y tener minutos en cancha para dejar a San Martín en Primera”.