Si cualquier encuestadora, hoy por hoy, hiciera un relevamiento para conocer los gustos de los sanjuaninos a la hora de desayunar, merendar o hacer una colación; sin temor al error podría develar que la mayoría disfruta de un mate a cualquier hora del día. Para llevarlo a números concretos, según un relevamiento de la primera sommelier mundial de yerba mate, Valeria Trapaga, 9 de cada 10 personas elige o eligió en algún momento esta infusión para calmar el hambre. Amargo, espumoso, dulce, con yuyos, con agua más caliente o prácticamente fría, acompañado o solo. Pero mate al fin. Un dato más: la infusión inclusive se consume en Argentina más que el agua.

Pese a la altísima preferencia por un matecito, son pocos los lugares -entre restaurantes y confiterías- que le dan el gusto al consumidor. Tan solo media docena de espacios incluyen actualmente en sus cartas una bandeja matera con todos sus implementos. Esto es así, coinciden todos los consultados, porque los dueños no pueden pasar el día sin tomar mate. Entonces entienden que a los clientes les pasa algo parecido.

Los que ya fueron, vuelven y se hacen habitués sin lugar a dudas. Pero para los que todavía no bucearon en estas alternativas para sus desayunos, meriendas y por qué no eventos, lo que sigue es un ayuda memoria que consigna las bondades de cada lugar.

*Al aire libre. El Museo Parque Suero -ubicado en calle 4 y Nacional Vicente López y Planes, en Médano de Oro (Rawson)- nació como tal en el 2014 en la casa de la familia Suero y para mostrar la colección que atesoran (desde fotografías, elementos de labranza y bodegas, obras de arte hasta autos y motos antiguas). Allí, la idea de incorporar el mate surgió como posibilidad para completar el "paquete” de una tarde con museo y paseo en familia.
¿Quién no sale el domingo a tomar mate? se preguntó alguna vez Roberto, su propietario. Y él mismo encontró la respuesta: "El mate es una excusa para disfrutar. Por eso nosotros le ofrecemos a nuestros visitantes un parque rodeado de árboles y el cantar de los pájaros para quien trae su equipo. Y para los que no, les brindamos además el mate, el termo con agua caliente, la yerba y el azúcar”, explica. También en el combo se pueden agregar semitas, pan casero, magdalenas y budines preparados por las hijas del dueño.

El valor de la mateada es de $40, a los que hay que adicionar el consumo de las delicias dulces caseras más la entrada al lugar que es de $ 15 por adulto y $ 10 para niños de 8 a 12 años.

Un detalle: quien ya visitó el museo y quiere volver a tomar mate, no paga nada. Claro que esto solo puede hacerse los domingos desde las 15:30 horas, el resto de la semana hay que coordinarlo con los dueños de casa.

*Una invitación a quedarse. La Coqueta, en la esquina de Ruta 12 y Sarmiento (en Zonda), no sólo es un restaurante "de paso”, donde se puede degustar cocina a las brasas pero con estilo gourmet. Sino que además, es una verdadera invitación a darse todos los gustos. Es por eso que para aprovechar la belleza del paisaje que regalan las sierras, en el lugar, también hacen un despliegue de cosas ricas, para antes o después de comer. Y el mate es la mejor alternativa que tiene casi como un sello.

"El mate es la invitación a disfrutar de la siesta, de la buena charla, del lugar y las buenas compañías. Es un pequeño detalle que mucha gente inclusive lo ha elegido para sus eventos”, detalla Andrea Coria, la propietaria de este paraíso que es pionero en las celebraciones a base de mates, lo que le da un sabor diferente a los eventos. "Que haya mate es compartir realmente como si uno estuviese en su casa", dice quien sirve bandejas materas inspiradas en las recetas de la abuela de una de las chef incluye todo el equipamiento (mate, termo, yerba, azúcar, variedad de hierbas, cascaritas de naranja) a $50, a las que puede agregarse semitas preparadas en hornos de barro y dulces caseros, pasta frolas, tartas, tortas, budines, tostados en pan de campo con jamón crudo, pizzetas, entre otras opciones. El precio, por supuesto, depende de lo que se pida.

*Mate de las 4 avenidas. El estar enclavado en el ritmo del pleno centro no es impedimento para hacer un "alto” en las tareas y acompañar el momento por un buen matecito, la debilidad de la dueña, Ivana Barboza. Ese es el concepto de Santo Domingo, una confitería y salón de té que incluyó hace un tiempo ya la "infusión nacional” como parte de un menú que tiene cafetería y comidas fast food pero también platos elaborados.

Por supuesto que el mate tiene adeptos fijos: los estudiantes universitarios y los docentes de los diferentes establecimientos educativos de los alrededores que lo eligen con preferencia por otras opciones de la carta.

"Llevamos a la mesa una pavita de cerámica con el agua caliente, el mate, unos bols cerámicos con la yerba, el azúcar, edulcorante para quienes hacen dieta e inclusive otros con hierbas a gusto como manzanilla, cedrón, menta, melisa, etc. Eso cuesta 20 pesos por persona", cuenta Ivana.

El desayuno, la merienda o la colación pueden servirse con los 10 tipos de tortas y tartas que sirven en el lugar -dicen que vale la pena probar el cheescake, el lemon pie y la pirinea- budines de naranja, dulce de leche y ron, también con tostados o sándwiches especiales en pan casero (especialmente el de tomates secos, pistachos y ajo), mediaslunas y tortitas.

El salón de té ubicado en Entre Rios 9 (sur) -a pocos pasos de la Avenida Libertador- abre de lunes a viernes de 8 a 12 y de 16:30 a 21, mientras que sábados y domingos, sólo con reservas.

*La vuelta a las tradiciones, de a sorbitos. En un rinconcito del Museo Enzo Valentín Manzini (ruta 12 kilómetro 28 en Zonda) está "La pulpería” que como en todo comercio de época ofrece sabores tradicionales al público, entre los que puede disfrutarse de una bandeja de mate que incluye semitas, pastelitos fritos con dulce de batata o membrillo, tostadas de pan de campo con dulce casero, churros. Hasta un sandwich con pan de semillas y escabeche de pollo o conejo, jamón crudo o verduras.

El museo, dónde hay un despliegue de arqueología, arte, cultura y especialmente se recrea con objetos escenas de la vida cotidiana, funciona de lunes a viernes de 9 a 12 y de 15:30 a 18, y sábados y domingos de corrido y hasta las 19 horas.

Después de la merienda se puede hacer un recorrido por el lugar, disfrutar el parque o ver una película. El valor de la entrada es de $20 pesos para mayores de 12 años y $10 para menores, desde los 6.

Si bien no está estipulado el precio de la mateada, el consumo es desde los $20 por persona, según contó la propietaria, Silvia Manzini.

*Matear entre animales. La Granja Tía Nora -en callejón Perón 380 (Este) en Albardón- es otro lugar que invita a tomar mate. Es que el paisaje de campo, donde abundan los animales de granja pero otros más exóticos también, en un marco donde hay hasta surcos con plantines órganicos, son el escenario ideal para una rondita a pura yerba. Aquí no alquilan el equipo de mate. Sino que cada uno tiene que llevarlo desde la casa. Si en cambio, venden el acompañamiento: sus famosas sopaipillas o pan casero, dulces y hasta manteca (con la leche de sus propias vacas) hechos "en casa” por Pedro Gómez, su esposa y los voluntarios que llegan desde distintas partes del mundo a vivir la experiencia de esta granja ecológica.

La merienda completa cuesta $30 por persona. Además hay que pagar la entrada al lugar ($30 los mayores y $15 para los niños de 3 a 12 años) que abre todos los días, incluidos domingos y feriados, de 10 a 19 horas.

*Bombillas viajeras. Hay que andar muchos kilómetros, hasta Las Flores, para poder disfrutar de un mate en la acogedora Posada Bioceánica (ruta 14 s/n, en Iglesia). Y qué mejor que ser recibido que por un buen mate.

Como en este lugar se hacen muchos eventos corporativos y cursos, especialmente los ligados a la industria minera pero también a organismos vitales para la vida del pueblo, como coffe break se incluye una pavita con agua caliente, yerba y yuyos, además de licuados, jugos, café y té. Cuesta entre $75 y $100 por persona, una merienda completa y bien enriquecida por las muchas cosas ricas que preparan en el restaurante, tanto dulces (pasta frola, tarta de ricota, maicenitas, rosquitos, etc) como saladas.

En el lugar, la adhesión a la infusión es tal, que tienen una colección con más de 100 ejemplares de mates de todas las provincias y de países vecinos. El restaurante de la posada abre todos los días de 12 a 16 y de 20 a 23 horas. En temporada, todo el día.