"Yo nací con la voz así, no la pongo así", aclara sobre su voz aguardentosa, quizás cansado de que lo acusan de imitar a su padre, Norberto "Pappo" Napolitano. Luciano, su único heredero también es músico, aunque ya estuvo en San Juan en otras oportunidades (junto a su banda Lovorne), ahora por primera vez hará un tributo al "Carpo", fallecido el 25 de febrero de 2005, a los 54 años, en un accidente con su Harley Davidson.
Llegará hoy para encontrarse con los sanjuaninos que lo acompañarán el domingo en el Complejo Style (ver aparte). Antes, conversó con DIARIO DE CUYO sobre el legado del mítico guitarrista y cantante, a quien reivindica además como padre y dice que lo extraña "continuamente".
En el show aquí hará música de Pappo’s Blues, la banda que formó Napolitano en los 70. "Siempre toqué, hasta con mi viejo toqué temas de él. Así que lo tengo incorporado, trabajé muchos años de plomo de Pappo’s blues y cada show era una lección de música", dice recordando esos años junto a su padre.
-¿Sentís que el público ve en vos una extensión de Pappo?
-Totalmente. Yo de eso soy muy consciente y lo respeto mucho. En algún momento a mí también me pasa. Estoy tocando canciones de él y siento que estamos viajando en el mismo auto y que la estamos recurtiendo. De la gente lo siento en lo que dicen, o en el agite, que gritan "Dale Pappo, dale, dale Pappo". Yo en algún momento tengo que separar las cosas, porque estoy tocando, estoy trabajando, no voy a delirarme, ni hacerme el Pappo. Yo tengo la voz así, no la pongo así, nací con esta voz. Toco la guitarra a mi manera, el mismo estilo que Norberto, pero tengo mi idioma al tocar la guitarra, soy una persona completamente distinta.
-¿Te pesa, entonces, la herencia?
-No, no me pesa, es parte del vivir. Yo me la re banco. No tengo drama. Soy una persona igual que vos, capaz que digo "bueno, disfrutemos de la onda que hay, recordemos las cosas, las mejores canciones, interpretémoslas lo mejor que podamos". Me gustan todos los temas, hay alguno que no escuché, y alguno que capaz no lo entiendo, porque son demasiados temas. Me pasó de escuchar temas, decir "¡Fah, qué buena canción!" y después me entero que era de mi viejo. Me gustan por donde los mirés. Mi papa fue mi papá conmigo, sé lo que fue él para mí; para mí fue un buen padre, no tengo nada que objetarle. Pero no es que fue mi viejo y nada más, aparte, fue y es mi ídolo.
-¿Recuperaste la guitarra de tu papá?
-La guitarra -una Gibson Les Paul negra- está en manos extrañas, al menos está en manos de un amigo, que la recuperó y me dijo que algún día volverá a mis manos. Pero por lo menos donde está, cada vez que quiero la toco y si la necesito él me la va a dar. Yo no la pude conseguir, la pudo conseguir el dinero, eso es bastante triste. Es una historia bastante fea, porque cuando pasó el accidente de mi viejo, se portaron bastante mal todos. Yo soy músico, no vivo del chusmerío, entonces no hablo de eso, ni hablé, ni voy a hablar.
-¿Norberto tuvo su merecido reconocimiento como artista?
-No, en vida, no. Dicho por él, no por mí. De hecho por eso se hizo su propio homenaje, Pappo y amigos…, quiso hacer su propio festival, que nunca llegó a hacerlo. Tantos discos con productores independientes. Creo que la terminó bien, estaba en su mejor momento, lamentablemente.
-¿Y crees que la tragedia hizo que se acordaran de él?
-Yo cuando iba por la calle no veía ni una remera de Pappo’s blues. Yo tenía la única, del Tour 94. Después que murió él empezaron las remeras de Riff, de Pappo, eso es así, no lo digo yo. No soy ciego, pero tampoco voy a decir que lo reconocieron después, porque la gente lo lleva en el corazón de toda la vida; y las calcomanías o las remeras son una forma de la gente de querer tenerlo cerca.
-¿Sos un guardián del legado de Pappo?
-El legado es muy importante, que quede claro, que es sagrado y no lo tomo como una herramienta para vivir bien la vida. Yo voy y me sacrifico, por ejemplo a San Juan voy y voy a estar sin mis hijos (de 2, 7, y 8 años), pero la palabra sacrificio me queda medio oscura, porque hago algo que amo. Es un tironeo en mi interior, me encantan la ruta, los escenarios, pero también disfruto mi familia.
Yo no tengo problema que pongan tributo a Riff, a Pappo, homenaje, yo nunca levanté ninguna queja, pero soy músico y las marcas que heredé son muy importantes, las tengo en un estudio jurídico para cuando haya alguien que se quiera apropiar de algo que no le corresponda, y tenga una respuesta legal.
-¿Y más allá de lo legal?
-Mirá, subo al escenario y cuando hago una canción de él, predomina el respeto, tanto musical como humanamente. Yo salto si alguien bastardea algo de mi viejo, más vale que voy a decir algo.
