El zumbido de los motores propulsados por nitrometano, el derrape en las curvas, la adrenalina en boxes para repostar combustible en el menor tiempo posible, los 50 km/h de velocidad de los areneros, sus vertiginosas aceleraciones y los increíbles saltos de 17 metros de largo y 3 m de alto son un gancho perfecto, un anzuelo seductor que hace entender la pasión que tienen pilotos y mecánicos. Y se palpa con ser espectador del Campeonato Argentino de Automodelismo Radiocontrolado de Buggy y Truggy, que se está desarrollando en la pista de automodelismo del Aeroclub de Pocito. Ahí, poderosos todo terrenos en miniatura son capaces de atrapar a fanáticos y neófitos por la espectacularidad de sus competencias y el grado de avance tecnológico que la disciplina alcanzó en los últimos años.
El Argentino ayer completó su segunda jornada consecutiva de actividad y hoy, desde las 10, se cerrará con las finales de las cuatro categorías, la frutilla del postre que los seguidores del automodelismo esperan con ansiedad.
La pista del Aeroclub es un continuo movimiento de gente que va de un lugar a otro como electrizada, buscando un repuesto, una herramienta o combustible en la zona de boxes. Son los asistentes o mecánicos, que están atentos a los pilotos y las máquinas. Los corredores, en tanto, se encuentran concentrados en lo alto de la torre, lugar privilegiado para hombres y adolescentes que tienen una sensibilidad especial para manejar sus autos a través de un radiocontrol cada vez más complejo. Es que esos aparatos no sólo tienen gatillos para acelerar o frenar y una rueda para girar, son verdaderas computadoras con pantallas en la que figura toda la telemetría de sus unidades.
‘El automodelismo no deja de evolucionar. Todo es tecnología, desde el chasis y la suspensión, hasta el diseño de los alerones o el compuesto de la foam (un material especial que va en el interior de las cubiertas). Y la organización de las carreras debe acompañar esa evolución, por eso es que la toma de tiempos se realiza con un decodificador que trajimos de Estados Unidos y que toma la señal del sensor de cada auto’, graficó Ricardo Trías, comisario de competencia y uno de los organizadores del Argentino en San Juan.
‘La actualización en diseños y materiales en automodelismo es constante. Siempre está saliendo algo nuevo que hace ir más rápido o mejor a los autos’, apuntó el bonaerense Adrián Castro, uno de los pilotos que llegó a la provincia y es considerado un referente en la disciplina, con varios campeonatos sudamericanos y argentinos en Truggy y Buggy.
Las competencias tienen reglamentos muy estrictos que son fiscalizados con revisión técnica posterior a cada salida a pista oficial, desde el pesaje a la constatación de la capacidad de los tanques de combustible, ya que los repostajes se dan cada 7-8 minutos. Hoy, todo el movimiento normal de una prueba de automodelismo se verá potenciado cuando empiecen a correrse la finales y se vea lo mejor del país en areneros miniatura.
