San Martín en descenso directo en Primera, y Desamparados debiendo jugar un desempate con otros dos equipos (Atlanta y Guillermo Brown de Madryn) para ver si baja directamente o le corresponde disputar una Promoción para quedarse en la B Nacional. Es decir, los dos clubes más poderosos y convocantes de la provincia tienen una recta final de temporada 2011-12 a pura angustia y con idéntico objetivo: la permanencia. Pero como si las coincidencias fueran pocas en este aspecto, ambos juegan el siguiente encuentro frente a su clásico rival cuyano: el Verdinegro recibiendo a Godoy Cruz y el Víbora visitando a Independiente Rivadavia. Así, buena parte de las chances se la jugarán en un mano a mano frente al rival menos querido.

San Martín actualmente está sin técnico, tras la salida por decisión propia de Garnero luego de 13 meses de mandato. Ocho partidos sin ganar se tradujeron en la penúltima posición en los promedios y ser el único equipo de los cuatro que ascendieron esta campaña que está tan complicado. Bajones futbolísticos individuales y la merma lógica en el aspecto anímico, representan el mayor desafío a resolver por el sucesor del ex enganche de Independiente. Igual que Desamparados, San Martín tiene de su lado el hecho de al dividir por una sola campaña un buen envión puede sacarlo de todo problema, no así para algunos de sus rivales directos como el ya casi descendido Olimpo o los más que complicados Tigre y San Lorenzo.

Desamparados, en tanto, vivió una semana convulsionada con reclamo de sus hinchas incluido e incluso algún incidente con el volante David Drocco. El 1-1 de ayer en el Bicentenario ante Almirante Brown llevó a nueve la racha de partidos sin ganar en San Juan, es decir una rueda completa. La dirigencia del puyutano ya experimentó un par de cambios de técnicos: arrancó Bonetto, lo reemplazó Dillon y ahora manda Arzubialde. Hasta el momento los números no lo condenan del todo, pero será clave cómo le va ante la Lepra en una semana.