La Jefatura de Policía dispuso duras sanciones contra tres comisarios por el escándalo a raíz de un televisor que estaba secuestrado y en depósito en la Seccional 5ta, y que desapareció de un día para otro de esa dependencia, señalaron fuentes de la fuerza. El aparato luego fue devuelto por uno de los comisarios, el responsable en ese entonces de la comisaría, el cual recibió ahora un castigo de 25 días de suspensión. Los otros dos percibieron 10 y 15 días de arresto, respectivamente. A uno porque era el segundo jefe del principal involucrado. A la otra, una mujer, porque se hizo cargo de la dependencia tiempo después y no denunció el hecho apenas asumió, señalaron.

La medida disciplinaria surge a partir de una investigación interna iniciada a fines de 2013. El castigo más duro fue para el comisario inspector Julio Barrera, hasta ayer jefe de la Seccional 3ra de Trinidad, al que señalan como el supuesto responsable de haberse llevado ese aparato de la comisaría de Santa Lucía cuando estaba al frente de esa dependencia, informó una alta fuente de gobierno.

Otro de los sancionados es un comisario de apellido Olmos, quien esta semana comenzó a cumplir 10 días de arresto. Él había sido el segundo jefe de Barrera. También deberá cumplir 15 días de arresto una comisaria de apellido Neyra, que fue la que reemplazó a Barrera al frente de la Seccional 5ta, confirmaron en la Policía.

La versión policial es que el TV Led era parte del secuestro por un robo y desapareció misteriosamente durante la gestión de Barrera en la comisaría de Santa Lucía. Al tiempo de asumir Neyra se descubrió el faltante y estalló el escándalo. Si bien la comisaria pidió la investigación, cargaron contra ella porque no detectó la irregularidad apenas se hizo cargo y tardó en denunciar el hecho, comentó una fuente policial. Al otro comisario lo castigaron porque era el segundo jefe y se suponía que debía saber qué pasó con el aparato, explicaron. Fuentes de la Policía aseguraron que, una vez iniciada la investigación, Barrera devolvió el televisor a la comisaría y como justificativo argumentó que lo había llevado a “reparar” por una rotura; el problema fue que ningún otro policía respaldó su versión y no había constancia de nada, tampoco informó a sus superiores.