Miércoles. Resabios de la lluvia, charcos, aire fresco pero gargantas calientes para hacerle frente. Postal previa de un estadio Del Centenario que poco a poco fue entrando en ebullición para terminar en el loco delirio del pueblo de Atlético de la Juventud Alianza que vivió su gran día: el de la consagración. Mucho ambiente, muchas banderas, mucho aliento. Así empezó la tarde en Santa Lucía. Para colmo, a los 10′, Samper abrió la cuenta y decretó el delirio. Pero claro, faltaban aún 80 minutos más y nadie quería anticiparse. Con el madrugón de Paratore en el segundo tiempo más las noticias de que en Villa Obrera perdía Peñarol, el pueblo Lechuzo ya se animó. El Dale Campeón Dale Campeón fue ganando espacios. Ahí nomás salió a la luz el tremendo telón que tienen en la Popular Norte y más tarde, el mini festival de bengalitas para anticipar el esperado festejo que demoró más de 20 años. Se lo merecían. Por eso, no se aguantaron el final como debía ser. Si hasta la policía, con tres pelotones, tuvo que bancar en el arco de Coronel para que no se metieran todos los que ya habían roto el alambrado olímpico. Iban 42′ y la sorpresa se dio en el lado Este cuando se metieron todos y decretaron el final para un partido que ya tenía dueño. Lo que vino después, fue pura emoción. El llanto del presidente Sergio Miadosqui, las lágrimas sentidas de Javier Paratore, mezcladas con el delirio de aquellos viejos hinchas que repetían después de 22 años una postal soñada, con lo euforia de los nuevos devotos de la dinastía Lechuza que por primera vez vieron al club de sus amores en el pedestal más alto de todos.
