Natalia Aragón (39) se había levantado a sacar los autos del garaje y abrir la puerta del fondo, para que por allí pasen con sus herramientas los dos albañiles que construyen una medianera. Faltaban unos minutos para las 8 de ayer cuando la mujer abrió el portón y a centímetros suyo, un sujeto que había entrado hasta el garaje le dijo un nombre y le preguntó si lo conocía. Natalia se quedó helada por la repentina intromisión, pero respondió que no conocía a ese hombre. Y no dudó en gritar cuando el sujeto sacó un arma para aclararle sus reales intenciones, pero enseguida fue obligada a callar. Uno de los albañiles también debió desistir de encarar cualquier tipo de resistencia cuando empuñó un gran martillo y en el acto le apuntaron.
Lo que siguió fue aún más terrible para la mujer, porque la llevaron hasta el dormitorio donde estaba su marido Carlos Ibáñez (47) con el menor de los dos hijos del matrimonio (ambos son empleados públicos), un nene de 2 años y medio. Y allí uno de los delincuentes encañonó al niño para exigir que le entregaran el dinero: ‘Sabemos que tenés mucha plata, un familiar tuyo te batió‘, fue, según Natalia, la frase que remarcó el asaltante.
Entonces los ladrones consiguieron lo que buscaban, unos 3.500 dólares y otra suma en efectivo (un familiar estimó en unos $50.000 el monto total sustraído), un dinero que la familia había ahorrado para mejorar la casa. También les sustrajeron los celulares y las billeteras al matrimonio y a los albañiles, dos notebooks, una tablet, las llaves de los vehículos, algunas joyas y algo de ropa, entre otras cosas.
Todo pasó en la casa que los Ibáñez Aragón habitan desde hace 8 años en Libertador al Este de 12 de Octubre, en Alto de Sierra, departamento Santa Lucía. Fue un asalto con algo de violencia física, porque uno de los albañiles fue atacado a patadas por no revelar que tenía su celular, dijeron las víctimas. El dueño de casa también recibió un golpe en la cabeza.
‘La verdad que no sabemos qué pensar de eso que dijeron del familiar que nos había batido, pero estamos seguros de que sabían nuestros movimientos, nos tenían marcados. Agradecemos de que no nos haya pasado nada más grave‘, dijo ayer la mujer.
