"Sportivo es mi casa. Es mi lugar en el fútbol. Las alegrías más importantes de mi vida las viví en Desamparados. Los momentos tristes que pasé me hicieron ser el jugador que soy, no me arrepiento de las caídas".

"No me molestan los insultos. Aunque en el partido pasado contra Del Bono un hincha me gritó todo el partido y me calenté, pero son cosas del momento. Yo tengo un temperamento medio fuerte por eso trato de controlarme un poco".

"En la cancha soy enojón, pero en la vida soy todo lo contrario. Soy tranquilo, paciente. Mi carrera futbolística tiene mucho que ver con eso, con estar tranquilo y saber que todo llega a su momento".