Casi la mitad de los 5.000 efectivos de las diferentes Policías y fuerzas militares brasileñas que velarán por la seguridad del papa Francisco y de los fieles el próximo miércoles 24 de julio en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida ya se encuentran en la ciudad.

Según la edición en internet del diario O Estado de Sao Paulo unos 2.200 soldados del Ejército llegaron entre el viernes y ayer a Aparecida do Norte, ciudad a 167 km de Sao Paulo y donde se encuentra el mayor y más visitado santuario mariano en Suramérica.

El contingente se completará para la noche del martes, un día antes de la misa, cuando se tiene previsto un acto cultural y religioso previo a la visita papal en Aparecida.

La Asesoría de Prensa del santuario no confirmó el número de efectivos, que según la información involucra personal del Ejército, Marina, Fuerza Aérea; Policías Civil, Militarizada, Federal y de Carreteras, Cuerpo de Bomberos, Guardia Patrimonial de la ciudad y de la Guardia Suiza, que vela por la seguridad personal del Papa.

Devoto de la virgen María, el papa hará un intervalo de su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se realizará desde mañana Río de Janeiro, para visitar y ofrecer una misa el miércoles en Aparecida, para un público limitado de 15.000 fieles.

Apenas asumió, Francisco confirmó que participaría de la JMJ de Río, destino elegido por su antecesor Benedicto XVI , pero le fue agregando a la agenda diversas actividades que reflejan el estilo y personalidad que viene demostrando para gobernar la iglesia, hasta convertir su estadía en intensos días de encuentro con los jóvenes y sus realidades más sufrientes.

De esta manera, visitará una favela de la zona norte de la ciudad, recorrerá un hospital de jóvenes en recuperación de las drogas, recibirá a chicos reclusos y confesará a un grupo de peregrinos.

En este contexto, Francisco también quiso agregar una visita para celebrar misa en el santuario de Aparecida el templo mariano más grande que honra a la patrona de Brasil y que es la segunda mayor basílica del mundo, después de San Pedro en el Vaticano. En el año 2007, Aparecida fue sede de la última reunión del CELAM, en la que los obispos latinoamericanos trazaron las líneas de acción pastoral de la iglesia para estos últimos años. Bergoglio tuvo en ese encuentro un papel descollante: fue quien dirigió la redacción del documento final. (Efe, Télam).