El aplauso del público brotó espontáneo cada vez que el rawsino, Carlos Sardinez (4-0-0) conectaba alguna combinación o hacía pasar de largo algún golpe de su potente adversario, el mendocino Emanuel Matías Sánchez (1-4-0), quien aún siendo superado no dejaba de avanzar de manera, por momentos tozuda. Al cierre de la edición, restaban combatir otros tres sanjuaninos como Fabián Orosco, Mauricio Muñoz y Ezequiel Fernández, todos con combates con títulos en juego.
Fue victoria clara de Sardinez, no solo en el ring, sino en las tarjetas del joven gladiador de Villa Krause, quien se bajó del cuadrilátero acompañado por el reconocimiento, también, unánime de los 1.800 aficionados que anoche asistieron al Cantoni.
La megavelada “San Juan contra todos”, que montó la empresa AranoBox y televisó desde las 0,30 de hoy la señal de Directv Boxing tuvo atractivas peleas complementarias. Los combates por títulos se desarrollaron después del cierre de esta edición, por lo que serán publicados mañana.
Sardinez, que en San Juan es entrenado por Juan de Dios Acosta, es uno de los tres púgiles sanjuaninos que se han integrado al equipo del empresario Mario Arano y se ha radicado en los últimos meses en Junín, donde esta el gimnasio del promotor y en el que trabaja con el equipo del excampeón mundial Lucas Matthysse. Es por ello que en su rincón estuvo Luis “Cuty” Barrera.
Desde el vamos la pelea fue favorable a Sardinez, quien exhibió mayores y mejores cualidades técnicas. Con rápidos desplazamientos laterales para desairar los embates del mendocino, luego de los cuales retomaba perfil y distancia para conectar sus golpes, fue el local quien se llevó los dos primeros round.
Barrera, dijo en la conferencia de prensa que creía que Sardinez está peleando en una categoría que le queda “grande”, cuyo límite es de 55,3 y el pesó 54,4; y eso se notó anoche, porque aún, cuando el pibe conectó varias manos y, aunque lo movía, le costaba moverlo a su adversario.
Fue Sardinez, quien mejor fundamentado técnicamente y notablemente mejor entrenado controlo las acciones. No fue sencillo porque su rival era más pesado y aguerrido. En un par de oportunidades tuvo confundido a Sanchez, lo hizo con combinaciones. Estuvo lúcido en la transición de defensa a ataque y tuvo movimientos de traslación que dejaron fuera de distancia y tiempo a su rival. Al final se llegó sin mayores inconvenientes, porque Sardinez sintió el ahogo de tanto empeño y al final debió regular.
El Bebe Sardinez mantuvo inmaculado su récord demostrando que esta hecho de buena madera, que ha ido evolucionando y que tiene condiciones naturales que pulidas lo irán transformando en un boxeador más completo.
