Para Sarmiento, gobernar no era sólo poblar sino también educar. Su aforismo lo aplicó en todas sus gestiones gubernativas. Educar al soberano, para elevar el carácter moral, la dignidad, la instrucción y también para evitar el "maltrato animal" que a diario observaba por parte de los ciudadanos. En su obra "Viajes por Europa, África y América" (1845-1847), ya manifestaba su decepción con los españoles por el trato que le daban a los animales en la vía pública y de sus tradicionales corridas de toros. "Esta diversión puede ser acusada de barbarie y de crueldad". Fue una constante preocupación, que lo llevó a fundar la Sociedad Argentina para la Protección de los Animales, el 21 de agosto de 1879. Esta iniciativa novedosa para la época le costó la incomprensión y la burla de sus contemporáneos.
En 1882 Sarmiento escribió un folleto para los miembros de la Sociedad Protectora, donde detallaba una serie de indicaciones para saber cómo actuar ante un caso de maltrato animal. El sanjuanino quería un trabajo comprometido de sus miembros con la Sociedad y sobre todo con los animales.
En un discurso celebrado el día 15 de octubre de 1879 dijo: "¡Si pudiera inventar una sociedad de seguros para los caballos! Cada día ocurren veinte siniestros en la calle; un caballo con las patas al aire, los ojos hundidos por el dolor y la agonía". (Páginas Literarias, 1899, O. Completas, tomo XLVI). Sus palabras denotaban impotencia y molestia por el duro trabajo que debían realizar los caballos en los carros de tiros o en los tranways en la ciudad de Buenos Aires. En su folleto de indicaciones aseguraba: "El exceso de carga, maltrata a los animales, como los defectos del pavimento de las calles, maltratan también a los animales". Dejaba en claro su amor por los caballos, y lo más importante que ya se oponía desde 1879, y tal vez mucho antes, al uso de medios de transporte traccionado por animales. tema que actualmente tiene mucha vigencia en distintas provincias argentina.
Sarmiento también proponía prohibir el uso de espuelas, para evitar lastimaduras y el sangrado de los caballos. Decía que "las espuelas Nazarenas y cualquier otra rodaja que tuviera púas, era un instrumento de tormento y puede serlo de crueldad".
Respecto de los perros de la calle, los miembros de la Sociedad se debían regir por el artículo 14 de nuestra ordenanza de calles. "Es prohibido tener sueltos perros bravos, maltratar los animales, tenerlos sueltos en las calles del municipio de la ciudad de Buenos Aires, bajo la multa de cien pesos m/c". Sarmiento indicaba utilizar este artículo que se refería a una tenencia responsable de nuestros animales de compañía y el no maltrato de los mismos.
Con relación a las aves decía: "Aunque sean pocos los pájaros silvestres que puedan cazarse dentro del municipio de Buenos Aires, como la venta de pajaritos… es prohibida en el municipio bajo multa de 500 $m/c, los pajarillos de los alrededores y campaña estarán bajo la protección de la Sociedad, si cuidan de que no se vendan en los mercados, las especies que por su utilidad en los campos y su canto requieran su protección". Este tema al igual que la tracción a sangre también tiene mucha vigencia ya que actualmente se están llevando a cabo campañas en nuestro país de protección de nuestras aves, y del tráfico y comercialización de las mismas.
En 1884 visitó Junín para establecer allí una estación balnearia. Pidió personalmente que se lo nombrara Juez de Paz en Junín, para evitar una matanza de flamencos rosados. El motivo era "prohibir la caza con armas de fuego, en un radio de diez cuadras que será el Éjido Lacustre de las Aves, ni al vuelo dentro de los lagos hoy llamados Mar Chiquita y de Gómez, a fin de que continúen siendo, como lo que son hoy, el último asilo el Oeste del país habitado de aves acuáticas que por millones embellecen estos lagos". Estaba convencido de que este "maltrato animal" obedecía a un atraso cultural, por ello afirmaba: "El grado de civilización de un pueblo, puede medirse por la forma que se trata a los animales".
El 25 de julio de 1891, el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina sancionó la ley 2.786, ley precursora en la protección de los animales. Se la llamó Ley Sarmiento debido a que fue el primer impulsor de decretos que reglamentaron el proteccionismo hacia los animales. En 1902 nacía la "Sociedad Protectora de Animales Sarmiento" por un grupo de personas preocupado por resolver la situación de crueldad y abandono que sufrían los animales. Le dieron ese nombre en homenaje a quien, como Presidente de la República, que se preocupó en avalar la protección animal con el primer decreto orientado en tal sentido.
Finalmente Sarmiento decía: "He labrado pues, como la oruga, mi tosco capullo, y sin llegar a ser mariposa, me sobreviviré para ver que el hilo que después será utilizado por los que sigan". Su pensamiento está más vigente que nunca, y gracias a su hilo conductor podemos seguir transitando los proteccionistas por este surco que abrió el sanjuanino en favor de los derechos y sobre todo de la dignidad animal.
(*) Presidente de APA (Agrupación Protectores de Animales).
