En la localidad rionegrina de Bariloche ya se encuentra en etapa de prueba el satélite de comunicaciones Arsat 2 que, según lo previsto, a finales de agosto será trasladado hasta la Guayana Francesa desde donde se efectuará su lanzamiento al espacio al mes siguiente de la misma manera que el año pasado fue puesto en órbita el Arsat 1, actualmente en operaciones.
Este segundo satélite también ha sido diseñado y fabricado totalmente en la Argentina, y su lanzamiento, puesta en órbita y manejo estará a cargo de expertos locales que le permitirán a nuestro país formar parte del selecto grupo de ocho naciones que poseen esta capacidad tecnológica.
La inversión de esta misión rondará los 250 millones de dólares, y una vez puesto en órbita el aparato será la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) la que se encargue de monitorear el proyecto desde la Estación Terrena de Benavidez, ubicada en el partido de Tigre, en Buenos Aires, desde donde hace un año se opera el Arsat 1.
Los expertos aseguran que casi no existe diferencia entre uno y otro satélite, aunque el segundo posee una "carga útil\’\’ diferente a fin de brindar cobertura en áreas remotas como las Islas Malvinas, Estados Unidos, y todos los países de Sudamérica, con una mejor llegada de Internet a las áreas más lejanas.
De acuerdo a los informes, hasta ahora el proceso de testeo está saliendo dentro de lo previsto y se atribuye este logro a la excelencia impuesta por loa empresa Invap, dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos, con una trayectoria de casi cuarenta años en el mercado nacional y treinta en la escena internacional. La clave de este avance consiste en que tanto el Arsat 1 como el 2 han sido desarrollados en simultáneo, con lo que se ha logrado achicar el margen de imprevistos.
Todo está preparado para este nuevo logro en materia de comunicaciones satelitales, que posibilitará demostrar, una vez más, el nivel y capacidad de los técnicos y científicos argentinos en materia aeroespacial. El programa Arsat, creado para evitar que Argentina perdiera los derechos sobre dos posiciones que estaban en peligro, al no haber desarrollado un satélite propio, avanza hacia su segundo objetivo con miras de mejorar la calidad de las comunicaciones en todo el territorio nacional y aledaños.
