Desde este Mundial, la FIFA decidió que las tarjetas amarillas se borran después del partido de cuartos de final. Es decir que, por ejemplo, si Mascherano es amonestado en el partido ante Grecia, en un hipotético choque de octavos o cuartos se perderá el juego siguiente. La modificación en el reglamento se dio para evitar que jugadores importantes se pierdan la final, ya que una amarilla en semis no implica suspensión. Un crack que estuvo ausente en la final del Mundial del 2002 por sumar dos amarillas fue el alemán Michael Ballack. Incluso, Claudio Caniggia se perdió la final en Italia 1990.
