En un primer momento, Franco Murúa no entendía qué pasaba. Las cañas, los adobes y el nailon del techo de su habitación cayeron sobre él y lo único que vio fue el polvo que se levantó después de un fuerte estruendo. ’Quedé enterrado y pedía a los gritos que alguien me ayudara’, dijo el joven, que tiene 21 años que vive con su madre y 7 hermanos y ahora no tienen dónde vivir. El accidente ocurrió ayer en la madrugada, en el asentamiento José Ignacio Díaz, en calle Jujuy y 25 de Mayo, a metros de Ruta 40. Desde Bomberos dijeron que el techo cedió por la humedad causada por las últimas lluvias.

’Hoy podríamos estar en un velorio, pero gracias a Dios mi hijo está bien’, dijo Rosario Vera, la mamá de Franco. Con los ojos rojos de tanto llorar, la mujer contó que fueron minutos de mucha tensión. Escuchó un fuerte ruido y casi de inmediato oyó a su hijo que gritaba. Cuando lo vio, estaba aplastado por los palos mientras que el muchacho le decía que no podía respirar por el polvo y los nailon. Así, con su bastón y lo más rápido que pudo, la mujer buscó a sus vecinos para que ayudaran a salvar a Franco.

Después de que el techo cayó, el joven sólo escuchó a sus vecinos que desesperadamente sacaron fuerza de donde pudieron para levantar todo. También ayudaron los bomberos que llegaron minutos después. Entre todos, sacaron los restos del techo y levantaron al joven que había quedado sobre el suelo con las patas de su cama destruidas.

Por su parte Franco, todavía no puede creer de lo que se salvó. Y con mucho dolor en el cuerpo, sobre todo en una de sus piernas, el muchacho mostró ayer los golpes en su abdomen y repitió miles de veces que creía que se moría asfixiado. Ni bien lo rescataron de los escombros, fue trasladado al Hospital Rawson y que cerca del mediodía recibió el alta. ’Perdimos todo lo que teníamos en la habitación’, dijo Franco, cuyo diagnóstico médico fue traumatismos varios.

Según Rosario, el techo de toda su casa quedó mal luego de las lluvias pasadas. Parte de las cañas se rompieron y el nailon y la tierra nunca se terminaron de secar tras el temporal que dejó a varios evacuados en el departamento chimbero. Además, como si fuera poco hasta las paredes se agrietaron, algo que fue corroborado por Bomberos. Por eso ahora no quieren volver a vivir en lo que quedó de la casa, porque tienen miedo de que se les venga abajo el resto de la vivienda. ’Ahora nos vamos quedar en la casa de algún vecino, porque no tenemos dónde ir’, dijo la mujer.

Ante esta situación, Alfredo Flores, secretario de Gobierno de Chimbas, dijo que la familia Murúa había pedido palos, cañizos y nailon. Además, aseguró que hoy enviaría a una cuadrilla de obreros de la Municipalidad para ayudar con la mano de obra a los Murúa, para que levanten nuevamente el techo.