José Roberto Nievas (26) sólo quería dar una vuelta en moto, ese chiche nuevo de su amigo "Javito" Ortiz. Con esas intenciones salió cerca de las 7.30 de ayer de su casa en calle Aguilera, Angaco, donde ambos estaban reunidos. La primera parte de ese pequeño plan pareció salir sin problemas: el joven recorrió un corto tramo por la calle hacia el Oeste y enseguida volvió para probar las bondades de esa Yamaha 125cc., sin mezquinarle al acelerador. Según la policía, por su casa lo vieron pasar rápido, hasta que imprevistamente se desvió hacia su derecha y enfiló como iba contra uno de los numerosos eucaliptos que pueblan las márgenes de esa calle que conecta con Albardón. Unos 200 metros al Oeste del cruce con calle Nacional, el tremendo impacto contra el árbol provocaba el resultado menos esperado de la mañana: la moto con el frente destruido, partes de las cáscaras del árbol incrustadas en la rueda delantera y hasta el tanque de combustible literalmente arrugado por ese impacto. Y lo más grave, el joven tirado en medio de la calle sin ninguna chance porque no llevaba puesto ningún casco.

José era jornalero y papá de dos pequeños: una nena de 5 años y un varón de 2.

En la policía no descartaban ayer ninguna teoría sobre la causa del siniestro, incluida la posibilidad de que el joven pudiera haber sido vencido por trasnocharse.

En la familia de la víctima tampoco parecían encontrar una explicación: "La verdad que no sabemos lo que pasó, porque (en la calle) no hay rayadas ni nada. A lo mejor se descompensó porque la moto esa era nueva", dijo ayer el padre de la víctima, José Nievas, conmovido por la pérdida de unos de sus siete hijos.