Actualmente hay tres villas de la provincia que están siendo erradicadas de un modo diferente. Se trata de las villas Echeverría, Dorrego y General Acha, todas de Capital. En los terrenos en los que estaban ubicadas hay familias viviendo en sus antiguas casas, mientras las empresas trabajan en la construcción de los barrios. Las autoridades permiten que se queden porque no tienen un sitio donde ir.

Las casas que se les entregará a las familias serán construidas en el mismo terreno en el que estaban asentadas. Por eso las personas deben buscar otro lugar para vivir hasta que el barrio esté construido. Pero hay algunas que no consiguen otro sitio, por lo que les permiten quedarse.

Todos deben adaptarse a esta forma de erradicación. Los obreros de las empresas hacen sus tareas con gente dando vueltas por el lugar y los niños no pueden jugar en las veredas. Pero todos están contentos porque saben que el esfuerzo tendrá sus frutos.

Marcela Luna es una de las personas que están en esa situación. Vive con su esposo, que por una discapacidad no puede trabajar, y con sus cuatro hijos. Ellos permanecen en el terreno en el que estaba la villa Echeverría, donde aún quedan unas 10 familias más. “No tenemos a nadie que nos preste un lugar y no conseguimos alquiler porque nadie quiere alquilarte si tenés chicos”, contó la mujer.