El partido entre Independiente y Central casi queda suspendido, como le ocurrió al superclásico debido a la intensa lluvia. Pero el árbitro Juan Pablo Pompei recorrió el terreno de juego y después de algunas deliberaciones, definió que el partido se jugaría. Esto cayó mal en la dirigencia de Independiente ya que no querían que el partido se llevara a cabo argumentando que no se podía jugar bien. Por su parte, el DT de Central, Cuffaro Russo, no tenía problemas en que su equipo disputara el partido. Por otra parte, la intensa lluvia no impidió que una enorme caravana de hinchas Canallas pudiera observarse en la autopista rumbo a Buenos Aires. Alrededor de 3.000 personas se ubicaron en el sector visitante del estadio de Independiente, y no pararon un segundo de alentar al elenco de Cuffaro. A pesar de todas sus ondas, se retiraron del estadio cabizbajos por la derrota.
