Boca Juniors superó ayer al LASK, de Austria, por 1 a 0, en un partido amistoso jugado en la ciudad de Linz. Eso dirá la frialdad de las estadísticas, aunque lo más importante es que Alfio Basile sigue ensayando esquemas con vistas al futuro. Y ese futuro no es muy lejano, porque al Xeneize se le viene el torneo Apertura y la Copa Sudamericana, dos frentes de los que necesita, al menos, luchar por un título.
Boca jugó mucho mejor que su rival durante todo el primer tiempo, pero recién pudo festejar en el minuto final, cuando Sebastián Battaglia aprovechó un gran pase de Riquelme para definir cruzado ante la salida del arquero y decretar el 1-0.
Es cierto que el LASK Linz aparecía como un rival de nivel claramente inferior, pero la gran actuación del arquero Zaglmair en un momento le cerró las puertas del triunfo al equipo que conduce Alfio Basile, quien había probado en este encuentro con dos centrodelanteros en el campo: Lucas Viatri y Martín Palermo.
Inclusive, la diferencia de 1-0 fue demasiado exigua en comparación a la cantidad de situaciones claras generadas por el conjunto de la Ribera.
A los 10′, Insúa ensayó un derechazo de media vuelta que salió apenas junto al palo izquierdo, 15′ después Palermo no pudo aprovechar un rebote en el punto penal y quiso meterla de cabeza, pero el balón salió por encima del travesaño. Después, Insúa y dos veces Viatri tuvieron otras chances.
El primer tiempo parecía cerrarse con un dulce sabor de 0-0 para los locales, pero sorprendió Battaglia en el área y definió suavemente, con clase y tranquilidad, para ponerle algo de justicia al resultado.
En el complemento, Basile dispuso el ingreso del Pochi Chávez en reemplazo del uruguayo Gunino, quien cumplió una buena actuación, en tanto que el chileno Medel pasó a desempeñarse como lateral por el sector derecho.
A los 7 minutos, Javier García -quien volvió a atajar después de ocho meses de inactividad- salió indeciso a cortar un centro, Panis aprovechó la confusión y casi convierte el empate, pero sobre la línea de gol alcanzó a despejar un defensor.
El entrenador del conjunto austríaco decidió cambiar a Zalgmair, a los 20 minutos, pero la contundencia fue un valor escaso para los xeneizes. Un cabezazo de Paletta y un remate de Riquelme pudieron ampliar la ventaja, pero el ingresado H’bart también marcó su protagonismo bajo los tres palos.
El segundo período se fue consumiendo a ritmo lento y con muchas interrupciones por los cambios: entraron Gaitán, Philippe y Sauro, todos en distintos momentos; salieron Insúa, Palermo y Cáceres, respectivamente.
Al final, fue triunfo para Boca en Austria, ante unos 5.000 espectadores, een un estadio con capacidad para 20.000.
