La población mundial vive hoy más, pero muchos también lo hacen más enfermos a cambio de más años de vida, según un estudio sobre todas las enfermedades importantes en 188 países.
La expectativa de vida en el mundo para el 2013 era de 71,5 años para ambos sexos, 6,2 más que en 1990. Sin embargo, la esperanza de vida saludable descendió en países tales como Sudáfrica, Paraguay y Bielorrusia. La esperanza de vida saludable tiene en cuenta tanto la mortalidad y el impacto de dolencias no mortales y crónicas como las enfermedades cardiacas y del corazón o la diabetes. Todas ellas restan calidad de vida e imponen importantes costos.
‘El mundo ha hecho avances, pero ahora el desafío es invertir para encontrar formas más eficaces de impedir o tratar las causas más importantes de enfermedad e incapacidad‘, dijo Theo Vos, profesor en el Instituto de Evaluación y Métrica de la Salud en la Universidad de Washington, que dirige el análisis publicado por la revista The Lancet.
La salud general ha mejorado en todo el mundo, gracias a progresos significativos en la última década frente a enfermedades infecciosas como el SIDA y la malaria, así como por los avances en el tratamiento de desórdenes durante el embarazo, en neonatales y en nutricionales.
Pero los años con salud no han subido tanto, por lo que la población vive más con enfermedad y discapacidad, según el análisis.
El principal dato del estudio era que la esperanza de vida al nacer para ambos sexos subió en 6,2 años – de 65,3 en 1990 a 71,5 en 2013. La esperanza de una vida saludable en el mundo para el 2013 subió en 5,4 años, de 56,9 en 1990 a 62,3 en 2013.
Para la mayoría de los 188 países estudiados, los cambios en la vida saludable entre 1990 y 2013 eran ‘significativos y positivos‘, dijeron los investigadores. Pero en muchos – entre ellos Siria-, los años saludables en 2013 no fueron mucho mayores que en 1990.
Y en algunos, entre ellos Sudáfrica, Paraguay y Bielorrusia, la esperanza de vida saludable ha caído. En Lesotho y Suazilandia, quienes nacieron en 2013 podrían esperar vivir sanos unos 10 años menos que los llegaron al mundo 20 años antes.
El estudio también halló amplias diferencias entre países con la mayor y menor esperanza de vida con salud. Nicaragüenses y camboyanos han visto drásticas subidas desde 1990, de 14,7 y 13,9 años, respectivamente. La población de Botsuana y Belize experimentó declives de dos y 1,3 años, respectivamente. En 2013, Lesotho tuvo la esperanza de vida saludable más baja del mundo, en 42 años. Japón tuvo la más alta, 73,4 años.
‘La expectativa de vida aumentó para los argentinos, pero no nos podemos detener en eso. No sólo queremos tener una vida más larga, sino también más saludable. Para eso, tenemos que mirar las enfermedades que están contribuyendo a la pérdida de salud, como la diabetes y la depresión‘, sostuvo la investigadora argentina que participó del estudio, Alicia Lawrynowicz, jefa a cargo del Departamento de Investigación Epidemiológica del Instituto Nacional de Epidemiología Juan Jara.
En la Argentina, en estas dos décadas, se estima que la expectativa de vida sana creció lentamente. Mientras que, desde 1990, los hombres y las mujeres sumaron algo más de tres años a su vida, ellas siguen viviendo más que ellos: 79,6 versus 72,3, en promedio. Pero ambos ganaron menos años de vida sin enfermedad ni discapacidad: 2,9 los hombres y 2,8 años las mujeres. Reuters y Efe
