En 1886 Francisco Segovia y su hijo José, ambos españoles de Málaga, echaron su base en San Juan con la firma Francisco Segovia e Hijo, con establecimiento en el departamento Concepción y fincas en Angaco Norte. Se dedicaron a la producción exclusiva de pasas y uva de mesa, visorando la gran demanda de frutas frescas y secas que había en nuestro país que crecía año a año en población con la llegada de la corriente de inmigrantes. Sus uvas predilectas eran la exquisita blanca Moscatel de Alejandría y la Ferral, una uva negra que se cosecha al fin del otoño muy usada por entonces, hoy sobreviven muy pocas hectáreas en la provincia. Eran muy buenos productores con altos rendimientos por hectárea y calidad. Todo en parrales manejaban todo como parrales. Sacaban en promedio 50 mil kilos por hectárea. Poseían por aquel entonces 550 hectáreas en Angaco Norte, de los cuales 50 eran de parrales y 500 hectáreas dedicadas al trigo, maíz, cabada y alfalfa. Tenían presente extender su imperio a 300 hectáreas más de vides de exportación.
En 1898 participaron de la Exposición Nacional realizado en Buenos Aires, logrando dos importantes premios por la calidad de sus productos.
En Angaco la fábrica de pasas era muy completa, con dos desecadores, aisladores, sección depósito de envases, etiquetas y expedición. En 1901 José fue el heredero y dueño de la firma.
Hace 100 años las marcas de Segovia eran muy reconocidas, incluso compitiendo en calidad con las importadas de gran renombre de Málaga, España.
Para 1910 su producción de pasas rondaba los 270 mil kilos, lo que indica que llevó al secadero una cifra cercana al millón y medio de kilos de uva fresca. Vendía pasas en racimos calidad "Extra" en cajones de 5 kilos, "Lechas Especiales" en cajas de 10 kilos, "Especial Segovia", "Extrafina Selecta", "Extrafina Sultana" y "Extrafina Corinto" en cajones de 10 kilos. También "Extrafina" en cajones de 2,5 kilos y 1 kilo y la pasa común en bolsas de 30 kilos.
José Segovia era un hombre progresista y prestigioso que quiso hacer conocer la uva de San Juan. Envió uva al mercado interno y a Londres y Liverpool (Reino Unido), Hamburgo (Alemania), Nueva York (Estados Unidos), Montevideo (Uruguay), Santiago (Chile) y Río de Janeiro (Brasil).
Participó en 1910 de la Exposición Nacional del Centenario, realizado en Palermo, Buenos Aires, donde sus productos ubicados en el Pabellón de San Juan fueron de primer nivel.
San Bernardo
Don Bernardo Eguiguren, un vasco puro, llegó a San Juan y en 1891 se instaló con una casa de comercio en la ciudad llamada "Basañes y Eguiguren". Más tarde se traslada a Albardón donde desarrolló su actividad de bodega, pasas, uva de mesa y canteras. Su bodega no de mucha escala, con vasijas de roble y con una capacidad de elaboración de 1.500 cascos (barriles de 200 litros de capacidad). Su marca era Vicuña. La bodega estaba integrada con viñedos y parrales. Tenía 9 hectáreas de Malbec, 24 de Moscatel y 5 hectáreas de Ferral.
La uva de mesa la empacaba en canastos de mimbre o en pequeñas cajas de cartón de un kilo y un kilo y medio. Las mandaba por ferrocarril. También producía pasas de uvas Moscatel.
Fue dueño de 1.000 hectáreas en los Baños del Salado, La Laja. De una vertiente extraía agua mineral con propiedades medicinales que embotellaba y vendía con la marca "San Bernardo", muy superior a las importadas de Europa. Fue presidente de la Municipalidad de Albardón.
