Francia, 26 de marzo.- La caja negra encontrada ayer entre los restos del avión siniestrado apunta a que fue el copiloto del aparato el que, de manera deliberada, estrelló la aeronave.
¿Qué sucedió en la cabina?
Según el fiscal que investiga el caso, en la grabación se escucha como los dos pilotos hablan amistosamente. En un momento dado, el comandante prepara el plan para el aterrizaje el Düsseldorf y mientras da las órdenes, el copiloto sólo da respuestas «lacónicas». Después, el comandante pide a su compañero que tome los mandos para ir al baño y deja la cabina. Al volver, se encuentra con la puerta cerrada y pide que le abra, algo que no ocurre. En esos momentos, el copiloto manipula un botón para accionar el descenso del aparato, una acción que sólo puede ser de manera voluntaria y para «destruir el avión» por razones que se desconocen.
Según el fiscal, no dijo ninguna palabra tras quedarse solo en la cabina y se oye su respiración hasta el impacto final. Sobre si los pasajeros fueron conscientes de lo que ocurría, la investigación concluye que «los gritos son justo antes del impacto. En el ultimísimo momento».
Una trayectoria de descenso inusual
El responsable de la Agencia de Seguridad Aérea de Francia (BEA), Remy Jouty ya afirmó ayer en rueda de prensa que la trayectoria de descenso del vuelo de Germanwings antes de estrellarse en los Alpes era «poco compatible con un avión controlado por pilotos, salvo que ellos lo quisieran estrellar contra la montaña». Jouty añadió que dicha trayectoria, según la información extraída del radar, «era imposible con un avión controlado por el piloto automático». A este respecto, explicó que el avión mantuvo invariable su descenso durante los diez minutos anteriores al accidente.
Nuevos datos sobre los pilotos
El copiloto, de nacionalidad alemana y que no figura en la lista de terroristas, había entrado a trabajar en la aerolínea en septiembre de 2013 y acumulaba 630 horas de vuelo de experiencia. Por su parte, el capitán de la aeronave tenía diez años de experiencia y más de 6.000 horas de vuelo, la mayor parte de ellas en la matriz Lufthansa, a cuya filial de bajo coste se había incorporado en mayo de 2014. Anteriormente, había trabajado en la aerolínea Condor.
