No jugó todo el campeonato, fueron 14 fechas en las que hizo 11 goles para quedar como el segundo máximo artillero del Oficial que llegó a su fin el pasado miércoles. Un verdadero goleador de raza que sintió una satisfacción muy grande al consagrase nuevamente luego de tres años (la última vez fue con Maipú de Mendoza que ascendió al Argentino A), pero también tuvo sentimientos encontrados. Javier Paratore, el delantero de Alianza que convirtió el segundo tanto del Lechuzo en la victoria ante 9 de Julio comentó cómo se sintió durante y una vez terminado el partido…
"Es inexplicable lo que sentí. La verdad una alegría muy grande por todo lo que se generó y por todo lo que me pasó. Sensaciones lindas y al mismo tiempo angustiosas", señaló el delantero, quien agregó que "Cuando convertí me abracé con mis compañeros y luego miré al cielo y pensé, es para mi señora y que seguro me está viendo". Es que su esposa Viviana falleció en abril de este año. Luego Javier junto a sus hijos Paula, Agustín, Franco, Lucas y Emilce se vinieron a vivir a San Juan, donde en el mes de mayo el jugador volvió a Alianza.
En cuanto al tiempo que ha transcurrido desde que volvió a la provincia, el jugador relató que todo fue muy difícil. "Con lo que me pasó con mi señora decidí no jugar por un tiempo. Ha sido muy difícil para mí y mis cinco hijos no tener a la persona que más queremos".
Posteriormente aclaró cómo llegó de vuelta al club. "Luego hablé con Mauricio (Lara) y él me convenció para volver y jugar en Alianza en el Oficial. Eso me hizo bien para salir de lo que me pasó. Se lo agradezco tanto a Mauricio como a Rodolfo Riveros".
En cuanto a su camino a seguir, Paratore, de 37 años, dijo que continuará firme. "Esta es mi pasión y profesionalmente lo voy a seguir haciendo. La verdad que me siento muy bien y tengo un físico privilegiado para mi edad. Por el momento no pienso dejar", cerró La Liebre, que terminó lesionado tras del partido debido a que en el transcurso del mismo chocó con Federico García (el arquero de 9 de Julio) y tuvo un golpe en la rodilla derecha.
