La falta de anticipación ante la posibilidad de una grave escasez de agua en el sur de China, así como unas redes de irrigación insuficientes y a menudo obsoletas, están agravando la mayor sequía sufrida en la zona en el último siglo, que está afectando a más de 51 millones de personas.

Los cultivos de colza de la zona ya están arruinados de manera inevitable, y el gobierno local está fomentando sustituir este año los tradicionales cultivos de arroz, que confieren al sur de China sus famosos paisajes de colinas escalonadas en terrazas de arrozales, por maíz u otros vegetales que exijan menos agua.