No estuvieron Vicentico ni sus antiguos compañeros de banda, sin embargo, a todos les quedó la sensación de estar viendo de nuevo a los Fabulosos Cadillacs y en el escenario de la Fiesta de la Semilla y la Manzana. Eso, gracias a la presentación de la banda rosarina Bandidos, que ofrece espectáculos tributo a ese grupo de rock, ahora disuelto. El grupo saltó, bailó y arengó hasta lograr que la gente, que estaba tranquila, terminara cantando cada estribillo.
Los músicos subieron al escenario con saco, camisas a cuadros, sombreros, lentes negros y zapatillas. El saxo y la trompeta sonaron de la mejor manera. Y la particular voz con toques agudos resonó en el polideportivo.
La estética era diferente y la gente se mantuvo cauta antes de empezar a participar. Sonó entonces la voz del líder, Cristina Cericola, con una impostación casi perfecta de la particular vos de Vicentico. Luego, los instrumentos comenzaron a sonar y los músicos, a saltar, desde ese momento nadie se pudo contener.
La participación masiva llegó con el clásico ‘Mi novia se cayó a un pozo ciego‘. Las familias, que estaban sentadas en las primeras sillas frente al escenario, levantaron las manos, aplaudieron y corearon el tema. Mientras, los jóvenes que estaban en el fondo, parados, hicieron desde pogo hasta trencitos. Inclusive, el grupo ayudó a que mucha gente que aún estaba afuera entrara al enorme galpón del polideportivo que, cuando la banda cantó el último tema, ya estaba prácticamente lleno.
Al final, Cericola cantó a capella Paisaje y terminó de conquistar a la platea femenina. Entonces, el locutor de la fiesta anunció que, gracias al éxito del grupo que supo meterse a todos en el bolsillo, la banda volvería a actuar esta madrugada, en la segunda jornada de la fiesta.
