Le dicen el Toro, por su cuerpo y entrega dentro de la cancha. Afuera es un tipo de perfil bajo y humilde, por sobre todas las cosas. Le costó amigarse con el gol, pero de a poco comenzó a aparecer. De los ocho goles que tiene Sportivo el Toro marcó cinco. Ayer el pampeano anotó el empate de cabeza ante Talleres y luego casi convierte el de la victoria, también de cabeza. En el festejo se dio tres vueltas mortales hacia atrás al mejor estilo de un hombre de circo.
"Nunca trabajé en un circo. Cuando jugaba en Córdoba siempre practicaba las vueltas en los entrenamientos. En Desamparados es la primera vez que lo hago".
Luego tuvo otro cabezazo, en el área chica, y la pelota salió desviada. El goleador contó que en el momento del acto cambió de decisión y por eso no fue gol. "Cuando Lamberti me baja la pelota la iba a bajar de pecho, pero cambie justo cuando ya tenía la pelota ahí y por eso no le dí bien".
La gente comienza a quererlo por su sacrificio, por su corazón. Después del gol la hinchada coreó su nombre una y otra vez. "Me siento muy querido por esta gente, es hermoso que coreen mi nombre", dijo el goleador Parisi, que respecto a su actuación fue muy autocrítico. No le gustó para nada su labor. "No jugué bien, mis compañeros fueron la figura. Me voy disconforme con mi juego".
Luego el Toro se metió en lo que fue el partido y señaló que Desamparados no jugó del todo bien, pero afirmó que el punto no es malo. "No jugamos bien, nos dormimos al inicio y por eso nos madrugaron. Encontramos el gol un poco tarde y por esas cosas del fútbol no ganamos. Fuimos más que Talleres, tenemos que seguir trabajando para salir de esta situación", culminó Gonzalo Parisi, el hombre del gol.
