Tiene buen semblante, casi que no perdió peso, camina, hace ejercicios y hasta baja las escaleras, aunque se ve condicionado por el dolor que le provoca la herida que tiene en el abdomen. Una semana después de haberse sometido a una nueva cirugía por las lesiones que le dejó el accidente de 2013, José Luis Gioja recibió unos minutos en su casa a DIARIO DE CUYO y habló de su recuperación, del caso Nisman (ver página 22) y de la coyuntura electoral. Con internación domiciliaria, está rodeado por su esposa, sus hijos y sus nietos (ver foto) y trata de no atender el teléfono para concentrarse en su rehabilitación. El Gobernador aseguró que cuando reasuma al frente del Ejecutivo provincial mirará el tema de la fecha de las elecciones 2015, evitó hablar de cambios de funcionarios y sobre la posibilidad de ser candidato al mismo cargo de nuevo, aseguró que lo analizará y que consultará a los que más saben.
– ¿Cómo se siente ahora?
– Muy bien, estoy en una especie de internación domiciliaria. Tengo que hacer reposo, todavía tengo unas sondas que en estos días me van a sacar. La faja la tengo que usar un tiempo más por la malla que me han puesto, es una malla de 50 centímetros y no es poca cosa. Espero en 10 ó 15 días estar superando esta situación.
– ¿Está adolorido?
– Cuándo me muevo, cuando hago algunos movimientos.
– ¿Cómo es un día de Gioja mientras se recupera?
– Me despierto, los kinesiólogos vienen temprano acá y hacemos ejercicios de respiración, nebulizaciones. Me están atendiendo unos enfermeros y tomo la medicación que me han indicado.
– ¿Y la rehabilitación motriz?
– También hago, camino, muevo las piernas, hago distintos ejercicios que me indican. Hay cosas que no me dan muchas ganas de hacer, pero me las recetan y las tengo que hacer para estar bien.
– ¿Se acuerda de algo del momento previo a la operación?
– Sí, que el miedómetro estaba al máximo (risas). Me acuerdo del quirófano, de los médicos. Fueron conmigo, me acompañaron desde la habitación donde yo estaba hasta el quirófano, ahí se juntaron los anestesistas, el cirujano, los dos médicos que acompañaban al cirujano, estaba Matías Espejo y estaba Mario, que estuvo miroteando.
– Está confesando que le dio algo de miedo…
– El necesario de todo ser humano (risas). No hay un tipo que no tenga miedo, es mentira. El miedo se siente, se toca y se palpa. Era como volver a algo que no quería ver más, que la aguja, que la sangre, que el entube.
– ¿Por qué eligió el Rawson?
– Opté por el Rawson por la calidad humana y la calidad técnica. La verdad es que tenemos un hospital de primera, también en la gente, en todos los que han participado de la operación. En la anterior internación el Hospital cobró 996 mil pesos. Lo pagó el seguro de personas transportadas del helicóptero. Y por esta operación, el Hospital va a facturar lo que tenga que facturarle al seguro porque es consecuencia del accidente.
– ¿Evaluó operarse en un instituto privado?
– Lo evaluamos responsablemente. Pero el Rawson tiene un complejo de quirófanos muy moderno y Terapia Intensiva por si el diablo mete la pata. Era como que cerraba todo. Y obviamente el cirujano no dudó porque trabaja en el Hospital Rawson. La verdad es que no sé si me operaría de vuelta (risas).
– ¿Hay alguna medida de Gobierno especial que vaya a tomar apenas vuelva?
– Hay algunos temas de la producción. Se está resolviendo bien el tema de Delphi. Tenemos que resolver el tema de la vitivinicultura, que yo creo que pasa por aplicar las medidas que anunciamos oportunamente, que básicamente es el 35% de mosto en bodega y correr la fecha de liberación. Pero bueno… es como que hay grupos de poder más que importantes que están demorando esto.
– A fin de año o principio del siguiente suelen surgir rumores de cambios de nombres propios en el Gabinete, ¿ha pensado algo en ese sentido?
– No, no. Tengo mucho sueño de noche y no pienso, tengo que dormir.
– Antes de operarse me dijo que iba a aprovechar estos días para reflexionar, para pensar…
– Sí, pero para reflexionar cómo voy a hacer cuando esté sano, cuando esté recuperado. Todavía falta para eso.
– ¿Ya sabe si va a llamar a elecciones en forma simultánea con la Nación o si las va a
adelantar?
– No, además es un tema que no se puede resolver solo, hay que resolverlo en equipo. Tenemos las fechas tope para cada una de las cosas.
– ¿Retoma sus actividades y lo define?
– Lo vamos a mirar.
– No tiene mucho margen…
– No, pero siempre hay tiempo.
– ¿Cree que la Constitución le permite ir por otro mandato?
– Es lo que he dicho, no me he puesto a pensar en eso todavía. No lo he visto ni lo he consultado.
– ¿Lo va a ver y lo va a consultar?
– Eh… probablemente voy a recibir algunas opiniones. Hay que entender dos cosas. Primero, que el hombre político y público siempre quiere hacerlo, es el sueño del pibe que alguna vez les dije. Segundo, el tema de los ciclos, cuándo terminan y cuándo cambian. No digo cambio de ciclo sino cambio de sujeto, porque estoy absolutamente convencido que en política nadie es imprescindible. Consultaré a los que más saben, la idea es tener todos los elementos en la mano y decidir en forma absolutamente libre.
– ¿Ya está pensando cómo va a resolver el armado del PJ en algunos departamentos que aparecen complicados para las elecciones?
– No hay ninguno que esté fácil, porque así es la política. La política es la lucha por el poder y el poder no es decir ‘venga joven, siéntese porque usted es bonito, tiene los ojos azules y va a ser el candidato a intendente‘. Los espacios se ganan y para eso hay una reglamentación. Donde no haya acuerdo veremos, pero en todos los departamentos por suerte hay más de un candidato a todos los cargos y eso no es malo.
– Pareciera que no todos los candidatos son favoritos y no garantizan una victoria…
– Los candidatos no garantizan la victoria nunca. Garantizan la victoria el equipo, la propuesta, el proyecto y los candidatos.
– ¿Le llamaron dirigentes nacionales?
– He hablado con varios. Me llamó el jefe de Gabinete para preguntarme cómo estaba, ya había recibido llamadas de él. Después de la operación hablé con Scioli, también llamó Randazzo y amigos gobernadores casi todos. Con algunos he hablado y con otro no, todavía no estoy operativo al teléfono. Les pido disculpas a todos, pasa que si empiezo a atender los teléfonos se acaba la internación domiciliaria.
– Hablar con sus ministros por teléfono es una forma de volver de a poco…
– Lo hemos hecho un par de veces. Me parece bien que todos estén ocupados y que sepan que uno escucha la radio y lee los diarios, es lo único que hago.
– ¿Ha desistido de la idea de ir al Cruce de los Andes?
– Mientras exista una gotita de esperanza, de vida y posibilidades, nunca hay que perderla. Todo mi entorno no quiere, pero vamos a ver.
– Su familia no quiere que vaya y los médicos tampoco, ¿les da la razón?
– Sí, sin dudas que tienen razón. Pero yo confío en tener una mejoría, que ellos vean y que me digan que sí.
– Cuando volvió de estar internado en Capital Federal tenía que descansar, pero a los pocos días volvió a trabajar. ¿Si no lo dejan ir al Cruce, va a ir igual?
– Si no me dejan, ir al Cruce sería irresponsable. Yo médico, me voy.
