"Estoy muy contento de haber venido, porque éste es un encuentro extraordinario. Que una comunidad, que un país se organice con un objetivo tan noble como es la preservación de la fuente del agua, que son los glaciares, y en definitiva del medio ambiente y de la vida, es una fiesta cultural; independientemente del color político que se tenga", arrancó taxativo Pino Solanas apenas se encendió el grabador de DIARIO DE CUYO. El realizador, reconocido en el país y el extranjero, llegó a San Juan ayer para participar del Noveno Foro de la Unión de Asambleas Ciudadanas, y a tomar imágenes y testimonios del mismo en el camping de ATE, material que formará parte de su nueva película documental: "Tierra sublevada", que cierra la serie "Argentina actual", integrada por "Memoria del saqueo", "La dignidad de los nadies", "La Argentina latente" y "La próxima estación".
– Este foro será parte del film documental que prepara…
– Por supuesto. "Tierra sublevada", que trata el tema de los recursos del subsuelo, es la protesta de la Tierra frente al destrozo que producen las grandes mineras a cielo abierto y las petroleras. La primera parte se llama "Oro puro", sobre la minería; y la segunda "Oro negro", sobre el petróleo; y estarán para agosto o septiembre.
– ¿Qué estuvo filmando?
– Recogimos algunos testimonios de lo que plantean las asambleas, que es muy importante porque es una muestra de que en todo el país se han desarrollado movimientos de defensa del medio ambiente, el agua y la vida.
– Usted siempre ha tenido una postura comprometida a la hora de ponerse tras la cámara…
– Hace más de 40 años que hice mi primera película, que fue un gran fresco de investigación social e histórico sobre la Argentina, La hora de los hornos. Siempre me preocuparon los problemas de mi patria y he sido un viajero incansable, siempre he recorrido el país.
– ¿Cómo es su relación con el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales)?
– Me respeta mucho… bueno, soy uno de los dos o tres cineastas más conocidos que tiene la Argentina en el mundo. Mis películas han dado la vuelta al mundo y he ganado todos los premios más importantes.
– ¿El financiamiento de esta película es del INCAA o propio?
– Bueno, yo tengo una productora hace 45 años…
– ¿Recibe aportes del Estado?
– Por supuesto, como cualquier otro director que se presenta y pasa por una comisión…
– ¿Nunca le hicieron "sugerencias" por tocar temas sensibles al gobierno?
– No, y al primer apriete que sufriera lo denunciaría públicamente y lo oirían muchísimos países, porque mis declaraciones se oyen en todas partes.
– ¿Estas películas van al circuito comercial?
– Andan por muchos circuitos. Todas mis películas se han estrenado en los principales cines de la Capital Federal; y después andan en los circuitos internacionales. Son películas de gran calidad cinematográfica, por eso encuentran lugar. La última, La próxima estación, estuvo 12 semanas en cartel en la Capital e hicimos 60 mil espectadores, que para un documental en la sala es una barbaridad. Y además miles de DVD’s y cientos de proyecciones también circularon en todos los lugares afectados por el tema del ferrocarril. Mis películas se ven en universidades, foros, debates, pueblos. Y como si fuera poco todas se han dado por Canal 7 y Canal Encuentro…
– …Que son estatales. Tampoco sufrió ningún tipo de censura…
– No. La única censura que tengo es la de las grandes corporaciones mineras o petroleras, que por ejemplo no me dejaron entrar una cámara a Veladero.
– ¿Cuán estrecha debe ser la relación entre el cine y la denuncia?
– Bueno, hay cine de entretenimiento, científico, periodístico y de investigación social, como lo es esta película, cuyo objetivo es descubrir realidades. Y si encima uno tiene una vocación social…
– Su objetivo es mostrar esas realidades…
– Sí, pero yo hago estas películas pensando en las futuras generaciones, no en mis amigos. Y en lugar de escribir un libro, escribo películas, porque ese es mi lenguaje. Y estas cinco películas de las serie son un fresco importante de la Argentina. Quien las ve, no es que descubre los problemas, sino que los ve a través de la palabra, la emoción, la actitud y el compromiso de decenas de protagonistas anónimos, algunos tan humildes que ni tienen dientes, pero que piensan con tanta justeza y racionalidad que emocionan.
– ¿Es un cine para todo público?
– Por supuesto. Claro que si uno tiene ganas de ver una película de amor con la novia no va a poner Tierra sublevada. Este es un viaje. Viajamos por el país descubriendo temas, personajes, lugares… y sobre todo realidades.
