Parte de los soldados del Ejército que el domingo pasado ayudaron a ocupar un conjunto de favelas de Río de Janiero, que eran controladas por el narcotráfico, permanecerá en el lugar entre seis y siete meses, anunció ayer el gobernador Sergio

Cabral.

El gobernador de Río de Janeiro dijo a periodistas que acordó con el ministro de Defensa, Nelson Jobim, que esos militares ayuden a garantizar el orden público en las favelas de las que fueron expulsados los narcotraficantes hasta que pueda instalar un puesto policial permanente con un número suficiente de agentes.

Agregó que la instalación de las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en las favelas de Vila Cruzeiro y del Complexo do Alemao dependerá de la formación de una nueva promoción de agentes de policía, lo que puede demorar entre seis y siete meses.