Los camiones repletos de uva hacían largas filas para descargar, más de 3.000 productores le vendían sus cosechas enteras a la bodega y el megaestablecimiento llegó a moler un millón de kilos de uva por día. La Cavic fue un símbolo de la vitivinicultura sanjuanina en los años "60 y "70, aunque del apogeo cayó estrepitosamente y quebró en 1991. Hoy, su edificio central, en Tucumán y Benavídez, funciona como depósito de tres bodegas y el resto de sus instalaciones está ociosa u ocupada por distintas reparticiones.
La CAVIC en realidad nació como Bodega del Estado en 1932 por decisión de Federico Cantoni, en la que por entonces sólo se almacenaba. Tenía dos cuerpos, cada uno con capacidad para albergar 24 millones de litros y un tanque gigante de 540.000 mil litros que sigue en pie. En 1963, en la primera gobernación de Leopoldo Bravo, creó la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial, en una acción que buscaba regular el mercado ante una temporada que se presentaba negra para los precios del vino por los excedentes. Para eso usó como base la vieja estructura de la Bodega del Estado, contrataron 1.200 operarios, instalaron cuatro moliendas con fermentadores continuos con una capacidad de 750.000 litros cada uno y comenzó a funcionar. Fue entregada a 3.000 viñateros para que la administraran y eligieron a sus autoridades.
Con los volúmenes tan grandes que manejaba, la CAVIC fijó precios y políticas de comercialización de los caldos, obligando al resto de las bodegas a amoldarse a los precios. Sin embargo, las internas en sus directorios fueron minando la bodega desde adentro, al punto que varios de los directivos o interventores afrontaron causas judiciales. Para 1980, denunciaron que en menos de 4 meses, el patrimonio de la CAVIC había sido comprometido en 55 millones de dólares, lo que equivalía al presupuesto de la provincia. Para salvarla, en julio de ese año, los viñateros convirtieron la corporación en una cooperativa sin participación estatal. Sin embargo, en 1986, surgieron interrogantes sobre un contrato de explotación industrial entre la cooperativa y la firma Viñedos y Bodegas Regionales San Juan SA, debido a que el documento revelaba que los vinos que el Gobierno había depositado en el establecimiento estaban en mal estado. El Gobierno intimó al Consejo de Administración de la CAVIC por supuestas irregularidades, sustituciones y ventas fraudulentas en las partidas de vino de propiedad del Estado.
Por entonces la falta de credibilidad ganada en el ambiente vitivinícola, más la imposibilidad de acceder a créditos para refinanciar el enorme pasivo acumulado, dieron los últimos minutos a la agonizante CAVIC. A esa altura ya ni siquiera podía despachar vino porque no tenía caldos de su propiedad. En 1991 la cooperativa se declaró en quiebra; a partir de ese momento fue clausurada y cesó definitivamente su actividad comercial. Finalmente en noviembre de 1994 los bienes fueron rematados para pagar a los acreedores. Si bien hubo varios intentos por reflotarla, no prosperaron. Actualmente, el enorme predio es usado como depósito judicial de vehículos radiados, por algunas reparticiones y como vasija de tres bodegas, a través de un comodato.
