Delincuentes armados recorrieron en moto durante todo el día las calles de la capital y se introducían en negocios, por lo que resultaron con importantes daños unos 30 locales de hipermercados, supermercados, minimercados, casas de electrodomésticos, una ferretería, una forrajería, entre otros. Mientras tanto, muchos comerciantes y vecinos se mantuvieron en vela y armados, en alerta ante la posibilidad de ser asaltados. Por la mañana, tal como anunció el gobierno el lunes, no había clases en ninguno de los niveles de la educación. En tanto, los bancos también informaron que no abrirían sus puertas por temor a que se produzcan robos. Los medios de transporte eran escasos esta mañana, ya que había pocos colectivos circulando y no trabajaban los taxis. Por eso, la ciudad amaneció prácticamente paralizada y sin personas en las calles, vigilada apenas por medio centenar de gendarmes pertenecientes al escuadrón con asiento en esta provincia, aunque el gobierno ya pidió a la Nación el envío de más efectivos. Anoche, algunos violentos intentaban robar a los particulares.