El capitán de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, faltó a la sesión de kinesiología para rehabilitarse de su lesión en el pie izquierdo pero compartió al término de la práctica el habitual asado de los jueves en los quinchos de Casa Amarilla.

El estratega de Boca, de 33 años, mantuvo ayer el reposo en su casa luego de la infiltración a la que se sometió para neutralizar los dolores por la fascitis plantar de la que se resintió el pasado domingo en el empate con Belgrano de Córdoba.

Pasadas las 48 horas de la aplicación, el médico del club, José Veiga, dará un nuevo diagnóstico para tomar la decisión sobre la presencia de Riquelme en el partido con Colón de Santa Fe, el martes próximo por la 12ma. fecha del Apertura.

El mediocampista apareció al mediodía en el predio de Boca, pese a la renguera y los signos de dolor, para conservar el rito del plantel de Boca, líder y único invicto del torneo.

Si bien el deseo del futbolista es jugar, aún a riesgo de agravar la lesión, el director técnico, Julio César Falcioni, ensayó ayer un nuevo bloque ofensivo para disimular su eventual ausencia y la segura del delantero Lucas Viatri, quien será operado en las próximas horas de la rotura ligamentaria sufrida en la rodilla izquierda.