Ayer se profundizó la restricción de GNC en San Juan y empeoró el peregrinar de los usuarios sanjuaninos para encontrar este combustible en las 36 estaciones que lo venden en la provincia, algunas de las cuales mostraron largas colas en diferentes momentos del día. Algunas expendedoras directamente ayer no vendieron en todo el día, mientras que otras lo hicieron a intervalos de 3 o 4 horas, y con sólo un surtidor, cuando en los últimos días habían estado usando dos o tres.
La orden es la misma de siempre: para priorizar el gas en los domicilios, se restringe la venta a industrias y estaciones de servicios. En los días de frío intenso vividos este invierno ocurrió lo mismo, pero ayer muchos coincidieron que en la presente ola polar que arrancó el último fin de semana, el faltante se agudizó y ayer vivió una de sus peores jornadas.
El escenario ha provocado una suba de precios no autorizada en el pasaje de taxis y remises, según admiten en el sector.
"El 92% de los remises y autos de alquiler usan GNC y es un drama: no se puede cargar, no se hacen viajes y los trabajadores no pueden mantener a su familia ni al auto que alquilan", graficó Walter Ferreri, secretario general de Ucarria, cámara remisera que comprende a las licencias del 314 al número 1390, y que representan el 70% del parque de remises local. Calculó la pérdida que padecen los remiseros con los siguientes números: en una jornada normal, que pueden cargar GNC sin restricciones, recaudan $150. Estos días sin gas suficiente, la recaudación disminuyó un tercio, sólo recaudan un promedio de $100 diarios "con suerte". A diario un remisero debe pagar $100 de alquiler de remis al dueño del vehículo, y algunos "truchos" suman otros $30 a $50 por el alquiler de la licencia también "trucha". Con el frío y la falta de gas, los números no cierran y en el gremio admiten que algunos aumentan los precios del pasaje. "No está permitido, pero se está viviendo un estado de nervios, entonces cuando sube el pasajero algunos compañeros le dicen que el viaje le va a salir tanto, y le cobra un poco más", admitió Ferreri.
La restricción de GNC perjudica a un parque automotor total de 101.375 unidades, de las cuales 77.849 son autos, 22.946 son vehículos de carga y 580 de pasajeros, según los últimos datos disponibles para San Juan de la Cámara Argentina del Gas Natural Comprimido.
El problema es mayor para la gente que trabaja con el auto, como remiseros y taxistas, para ambulancias y coches de la policía y en general para la gente común que usa el vehículo para desplazarse, y a la cual ponerle nafta al auto le sale tres veces más caro, lo que genera una situación social compleja.
Las largas colas se han vuelto moneda corriente en las estaciones de GNC, aunque esperar tanto no significa que se logre cargar el tanque: cuando la presión de gas disminuye, el compresor de las estaciones no funciona y no se puede cargar. "Vendimos desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde que se bajó la presión. Ahora hemos vuelto a probar y anda, así que reanudamos la venta", dijo pasadas las 19 de ayer un vendedor de Barceló, donde había una larga cola de coches esperando. Pero la situación era dispar en las estaciones. "Nosotros cortamos la venta ayer tarde (por el miércoles) y aún no tenemos órdenes de reanudar el servicio", explicó ayer otro vendedor de Libertador y Rawson.
"No hemos vendido en todo el día. Sé que otras sí, pero a nosotros nos dijeron que no podemos. ¿Mañana? no se sabe, ésto es día a día", explicó un vendedor de 9 de Julio y Rawson.
