Independiente fue vivo desde el inicio mismo, primereó al Verdinegro no sólo con los goles, sino con la disposición en la cancha. Tomaron bien a Jorge Luna y dejaron sin creación a San Martín. El volante no fue el de la mayoría de los últimos juegos y eso el equipo lo sintió porque careció de profundidad y el manejo de los tiempos.

Y está sabido, y el técnico rival, Miguel Brindisi, lo puso en práctica, que con Luna inspirado y con espacios hace de las suyas asistiendo y dándole el juego que el equipo necesita y venía demostrando en la levantada desde que Rubén Forestello tomó las riendas.

Sólo pudo hacer una de las suyas cuando logró desprenderse y ponerle con la “mano” la asistencia a Humberto Osorio para el descuento sanjuanino, aunque el tercero de los locales tiró todo este envión abajo. Pero no fue sólo el ex Gimnasia de Jujuy quien estuvo por momentos del partido como ausente, porque el equipo se fue perdiendo en todas sus líneas, sobretodo en los 45 minutos iniciales donde mostró una de sus versiones más desteñidas en la campaña del Yagui como conductor.

Es que la visita arrancó como temerario, esperando qué hiciera Independiente en el juego. Era una final y ese miedo escénico fue lo primero que lo condicionó de forma decisiva a San Martín. Porque cada vez que recuperaba la pelota, metía un pelotazo sin destino, se la sacaba de encima, y que le daba a Independiente la opción de generarle más peligro.

Eso se apreció en defensa, que por la disposición táctica del Rojo no dejó proyectar a los laterales y en la zaga central tuvieron que salir a cortar, a veces, lejos del arco de Luis Ardente.

En el medio Maxi Bustos, a quien probaron hasta último momento para ver cómo la rodilla respondía, no fue el perro de presa de siempre que te come los talones y por varios pasajes del encuentro Andrés Alderete se las debió arreglar sólo. Mientras que Facundo Affranchino se fue perdiendo en cada intento, sin ser salida ni opción de ataque, que es su fuerte y para lo que lo colocó el “Yagui”. El ex River pareció quedar a mitad de camino en todo momento e incluso más aún cuando salió el Mencho y debió pararse más en el centro del mediocampo sanjuanino.

Adelante, la actividad fue escasa, pero Osorio siempre se desmarcó y buscó el vacío, más allá que la pelota le llegó poco y nada, porque en la que tuvo convirtió. En tanto Gastón Caprari fue preso de la actuación de sus compañeros.

Ayer San Martín dio un paso para atrás en la evolución que traía, todo lo bueno de este equipo, se perdió y cuando quiso reaccionar, Independiente lo frenó y lo dejó sin nada cuando la urgencia estaba de manifiesto.