Si bien en el cronograma del Dakar 2010 marca que ayer era la etapa del descanso, la única en los quince días de la prueba, éste es el momento más importante para los mecánicos que tienen mayor tiempo que otra veces para reparar los vehículos. Luego, vendrán siete días a pura velocidad para llegar al final en Buenos Aires. En Antofagasta el vivac estuvo más que concurrido y entre los visitantes ilustres se destacó el arribo de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien sostuvo que "aprovechamos de desear suerte a todos los que han superado los desafíos de nuestro desierto, así como también a nuestros competidores. Esta es una prueba que causa asombro, porque acá se necesita mucho temple para asumir los riesgos que el Dakar implica".
Luego de una etapa desgastante como la séptima, la más larga del rally con 600 kilómetros, algunos competidores llegaron el viernes por la tarde y otros en la noche como los Sisterna. Por eso la jornada de ayer se aprovechó para desarmar con más tiempo los autos, motos, camiones y cuatriciclos. Se revisaron con más tiempo y dedicación el motor, la caja de cambios, los amortiguadores. Se trató de dejar todo lo más limpio, preciso y ordenado posible para enfrentar el camino desde la etapa octava.
La actividad se repitió en cada metro del vivac: máquinas elevadas, sin las rudas, con los sistemas de frenado y suspensión al descubierto, capot y puerta trasera en la arena. Todo el esqueleto expuesto, a la vista. Sonidos de pistolas de aire y otras herramientas neumáticas, indicaciones por aquí y por allá sobre lo que falta hacer.
Además, en el día de descanso los principales equipos (los oficiales, sobre todo) aprovecharon para brindar conferencias de prensa y hacer actividades de marketing.
