Por más que hubo intentos de disimulo, el tan esperado cara a cara entre la presidenta Cristina Fernández y Daniel Scioli puso en evidencia más que nunca ayer el cortocircuito entre la Casa Rosada y el gobernador de Buenos Aires ya que casi no cruzaron miradas ni palabras durante un acto en la localidad bonaerense de San Fernando. Ella lo mencionó por formalidad al comenzar su discurso y él ni siquiera habló y sólo emitió un breve comunicado al término del encuentro. Se movieron dentro de un clima cordial aunque distante.
Horas antes, la guerra entre el kirchnerismo y el PJ bonaerense porque Scioli blanqueó sus aspiraciones presidenciales para 2015, cobró nuevos bríos con críticas de ambos lados. Además, se anunciaba que, por segunda vez consecutiva, se postergaba la reunión del Consejo Nacional del PJ que se iba a realizar este viernes en Chaco. El mitin, que tiene como fin fijar la fecha de las elecciones para renovar autoridades y extender el mandato de Scioli al frente del partido que vence en junio, pasó para la semana que viene por el viaje de CFK y algunos gobernadores a Angola.
El encuentro entre Cristina y Scioli era aguardado con mucha expectativa pero apenas cumplió con el protocolo. La excusa del reencuentro fue la inauguración en la fábrica de chocolates Milka. Primero compartieron una recorrida por la planta y se sacaron fotos, pero separados, con los trabajadores, y luego en un acto en el que sólo habló la jefa de Estado mientras Scioli se limitó a ‘acompañarla‘, sentado a su costado derecho.
La única parte del discurso en el que la Presidenta pareció aludir a Scioli, después de saludarlo formalmente al principio como ‘el señor gobernador de la provincia de Buenos Aires‘, fue cuando pidió ‘a todos los hombres y mujeres que son responsables de provincias, municipios, empresas, sindicatos, que pongan un compromiso muy fuerte con este país que logramos‘.
Aunque estuvieron más de una hora juntos en el acto -entraron y salieron juntos- en ningún momento Scioli y Cristina dialogaron sobre la tensión política que se vive en el oficialismo por el lanzamiento del bonaerense a la Presidencia en 2015.
