Productores sojeros de San Luis deberán plantar en cinco años más de 6 millones de árboles para mitigar la aparición del Río Nuevo, un curso de agua que surgió de la nada hace unos diez años en el Oeste provincial, donde destruyó tramos de las rutas nacionales 8 y 7, caminos vecinales, además de sembradíos próximos a Villa Mercedes, a 100 kilómetros de la capital de la provincia.
El fenómeno, que se expande año tras año en la Cuenca del Morro, llevó al gobierno de San Luis a analizar la situación y declarará la emergencia ambiental en la zona, que incluye la obligación para los productores de soja de forestar el cinco por ciento de sus campos y de realizar una segunda plantación en el año.
Las autoridades calculan que serán plantados un total de 6.125.000 árboles, a razón de 1.225.000 por año y proponen que sean de las especias de mayor consumo de agua, como sauces, álamos, eucaliptus, acacias, algarrobos y aguaribay.
Estudios de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y organismos científicos apuntan a la conclusión de que el origen de la formación del río y el arrastre de sedimentos que efectúa se debe a la recarga y saturación de las napas por el menor consumo de agua de lluvia en las regiones deforestadas para ampliar la producción de soja.
El propio gobernador Alberto Rodríguez Saá anticipó la semana pasada que anunciará la declaración de la emergencia ambiental en la Cuenca del Morro en su discurso a la legislatura provincial para inaugurar el período ordinario de sesiones, el próximo 1 de abril.
Rodríguez Saá explicó que la zona afectada es un polígono irregular de alrededor 1.200 kilómetros cuadros, lo que equivale al 2% del territorio provincial.
‘Vamos a declarar prontamente una emergencia ambiental desde Villa Mercedes hasta El Morro, y vamos a colocarla en categoría amarilla que significa que no se puede cortar ningún árbol, salvo que sea para realizar un trabajo para solucionar el problema’, sostuvo el mandatario.
Puntualizó que se exigirá la presentación de planes de manejo de suelos desarrollados por profesionales en la materia, en el marco de la Ley de Suelos de la provincia y de acuerdo a las características topográficas del terreno, con el fin de la búsqueda de buenas prácticas agrícolas para que la producción incorpore la visión de sustentabilidad.
Fuente: Télam
