"Fue muy duro porque yo largué con las ruedas demasiado infladas y sufrí la bajada. Con Rodrigo (Sigre) sabíamos que íbamos para hacer una buena carrera pero lo del triunfo en nuestra categoría no lo imaginábamos", cuenta entusiasmado el joven sanjuanino Martín Soler. Al biker, de 20 años, se le iluminan los ojos cuando habla sobre la carrera que junto a su compañero mendocino ganó en la categoría sub-23. El Rally Trasmontaña, una de las dos competencias más importantes a nivel nacional, lo tiene desde el domingo en el cuadro de honor.
Ambos bikers son rivales en el campeonato cuyano y en el sanjuanino de rally maratón, en el que Sigre tiene asistencia perfecta. Como andan bastante parejos, hace un par de meses corriendo una fecha del cuyano en La Toma, San Luis, Martín le propuso hacer pareja en la clásica tucumana. "Dale, estará bueno", fue la respuesta de Sigre, que tiene 22 años y el año próximo no podrá participar en la categoría Sub-23.
"Yo llegué el viernes en la noche y el sábado lo único que pude hacer fue reconocer la primera parte del circuito caminando", amplió Soler que luce orgulloso la casaca que lo acredita -también- como campeón argentino de parejas en sub-23. El inicio de la prueba tucumana se realiza en un descenso violento que exige la máxima habilidad de los competidores. "Son curvas muy cerradas y la bajada es tan empinada que uno apretando el freno al máximo no puede detener la bicicleta", explicó.
Después de haber sentido en sus brazos la rudeza de conducir su Trekk de aluminio con las ruedas muy duras, tramo en el que Sigre debió esperarlo, Soler se rehizo en un tramo de ascenso y comenzaron a recuperar terreno perdido. "Una pareja de juveniles que largó un minuto detrás nuestro nos pasó y los tomamos como referencia, cuando empezamos a subir los alcanzamos y pasamos, después pasamos a muchos rivales", dijo el corredor que está siendo monitoreado por los seleccionadores nacionales.
"Trasmontaña es una carrera que no te da opciones, hay que cuidar mucho la bicicleta. Su trazado poco tiene que ver con nuestros circuitos. Es muy técnico. Acá no hay piedras y descensos largos y rectos, sobran las raíces, es un sendero dentro de la selva y uno sabe que viene otra curva pero no se imagina cuando termina la bajada. ¡Son infinitas!", expresó.
Consultado sobre si el inconveniente de las ruedas tan infladas les restó la posibilidad de ser terceros, Martín, dijo que posiblemente era uno de los condicionantes, pero no el único. "Yo anduve lento en la bajada y Rodrigo sintió el esfuerzo de la subida, además son tantas las parejas que hay que superar que todo puede influir", respondió.
Con respecto a la fiesta vivida Martín dio a entender que todavía no cree lo conseguido. "Todavía no caigo, fue muy dura pero también linda. Además, creo que todos los sanjuaninos tenemos que estar contentos porque la mayoría consiguió terminar el recorrido y muchos hicimos podio", concluyó mientras guardaba como un tesoro en su mochila la medalla y la camiseta de campeón que le dio la Federación Argentina de Ciclismo de Montaña (FACIMO).
