A lo largo de los 19 mundiales disputados hasta la actualidad, solamente dos futbolistas argentinos fueron goleadores en un certamen ecuménico: Guillermo Stábile lo hizo en 1930 y Mario Kempes en 1978, donde también el Matador pudo levantar la Copa por ser campeón en ese combinado que dirigía César Menotti.
Diego Maradona quedó cerca de este logro en México ‘86 al marcar cinco goles y ubicarse a uno del inglés, Gary Lineker.
En el primer Mundial, disputado en Uruguay, Argentina terminó segunda tras caer en la final contra el anfitrión. Un ‘consuelo’ resultó que el bonaerense, Guillermo Stábile, fue el goleador de la competencia con ocho tantos. Lo particular es que disputó apenas cuatro partidos en ese Mundial, incluso perdiéndose el debut al ser suplente de Roberto Cherro. En la fase de grupos, le marcó tres goles a México y un par más a Chile. Por semifinales, anotó también dos y en la final le convirtió uno a Uruguay. Luego de colgar los botines, dirigió la Selección Argentina durante dos décadas consecutivas y obtuvo nada menos que 7 Copa América y un Sudamericano.
Sin la estadística espectacular de Stábile, en 1978 y en nuestro país, Mario Kempes fue el goleador con 6 goles en 7 encuentros. El Matador no anotó en los primeros tres juegos del grupo y se destapó luego: cuatro goles en la segunda fase y el par restante nada menos que en la final ante Holanda, para aquel 3-1 histórico en el Monumental y el primer título para nuestro país. Además de Kempes encabezando la tabla, Leopoldo Luque también se destacó con cuatro anotaciones.
El delantero de Bell Ville, Córdoba, era figura por entonces en el Valencia, de España, donde es uno de los máximos ídolos de la historia del club.
