Claro está que cualquier práctica vinculada a lo sobrenatural puede ser cuestionada, pero si hay algo que no puede ser cuestionado es que desde que el hombre es hombre se aferra a sus brujos, sus chamanes, sus dioses, o el nombre que cada sociedad o cultura quiera darle a quienes están dispuestos a darle curso a este pensamiento mágico del hombre. Así en estos tiempos, y casi al margen de la legalidad, abundan los llamados videntes, parapsicólogos o brujos que atienden mucha gente por día que busca echar luz a sus inconvenientes y sus desconsuelos.

Algunos dirán que esto es una "práctica de gente ignorante", sin embargo las personas dedicadas a esto aseguran que son consultados por gente de todas las clases sociales, niveles culturales y edades a partir de los 20 aproximadamente. Al menos en San Juan el tema recurrente de consulta es el amor, en primerísimo lugar, seguido de cerca por el tema económico.

Mariel se promociona como vidente natural y parapsicóloga, además de otros estudios realizados en 24 años de práctica. "Cuando tenía 20 años quedé sin habla, balbuceaba. Mi madre me llevó a los mejores especialistas y no sanaba. Así fue que se enteró de la existencia de Pituca, una señora que atendía en Angaco. Me llevó y al poco tiempo me curé. Hasta entonces no tenía idea que yo también tenía desarrollado el tercer ojo. Lo descubrí jugando cuando le tiré -en broma- las cartas a mi mamá. Ahí le dije cosas que sucedieron como la muerte de un tío. Luego decidí comenzar a estudiar sobre el tema, visité a Pituca, quien me brindó todos sus conocimientos durante dos años. Ni siquiera se los transmitió a alguno de sus ocho hijos, y desde entonces no dejé de aprender. Empecé a atender gente por iniciativa de una de sus hijas que publicó un aviso porque yo no me animaba".

Así narra su historia Mariel quien ahora atiende a decenas de personas que la visitan a diario en su casa para pedir ayuda. "Lo que más consulta la gente es sobre el amor, problemas con terceros, y aunque no se crea son cada vez más los hombres que llegan y lloran por amor. También vienen para que les vaya mejor en su trabajo o en su empresa. No siempre la gente se acerca por desesperación sino que muchas veces lo hace por gusto. Hay personas que vienen por sólo para saber como les va a ir en tal o cual cosa", agrega.

Tanto Mariel como Leonardo, otro parapsicólogo entrevistado, aseguran que "las consultas provienen de personas de toda clase social y cultural, sin distinción".

¿A qué se debe este fenómeno, si es que lo fuere? La socióloga Alicia Russo explica en términos generales que "es un fenómeno eterno, desde que el hombre piensa. Eso está vinculado a la finitud, cuando el hombre se da cuenta que su vida es finita tiene que encontrar algo superior que le permita sobrellevarlo. Cuando los problemas son acuciantes y la necesidad de resolverlos lo son más aún, y lo material no alcanza para dar una solución, se recurre a estas creencias. Es un fenómeno muy marcado en épocas de crisis y ahora estamos en una crisis mundial".

Ni hablar de cuando se aproximan las elecciones, ya que "son muchos los políticos o sus allegados los que vienen a pedir una mano, aunque en honor a la verdad siempre consultan", indica Mariel. Otro detalle que hace ver y notar que estas prácticas exceden la condición social, sino que más bien son escondidas por quienes la practican.

Como al parecer poco queda por conseguir gratuitamente en la vida, las consultas cuestan entre 100 a 150 pesos, mientras que los que ellos denominan "trabajos de ayuda" son cobrados aparte, aunque ninguno dio precisiones sobre los precios.

Leonardo, es parapsicólogo y atiende a distancia. Su ciudad de residencia es Mendoza, pero recibe llamados de Córdoba, Santa Fe, San Juan, entre otras provincias, a la vez que recibe en su consultorio mendocino. "En mi caso el 95 por ciento de la gente que consulta es por amor, personas que quieren volver con su pareja, o quieren expulsar a un tercero. Por supuesto que también he tenido pedidos aberrantes que desestimo de inmediato", cuenta Leonardo que estudió parapsicología, egiptología, imposición de manos, entre otras.

La antropóloga, Mónica Huertas, indica que este eterno tema ha sido estudiado por muchos hombres de ciencia, como por ejemplo Bronislaw Malinowski, quien en su libro "Magia, Ciencia y Religión" explica que "esta clase de pensamiento necesariamente depende de la Fe. No existe la duda, como sí lo está en el pensamiento racional. Este tipo de pensamiento es heredado, su existencia depende de la narración. No tiene un origen o creación, simplemente se cree que está desde el principio, además esta es una creencia universal. La magia es humana, no es algo que la naturaleza pueda producir. Las creencias son basadas únicamente en la experiencia humana personal y son narradas generación tras generación, siempre son aceptadas y adoptadas en las culturas sin ninguna modificación. No hay fe sin milagros por esto los mitos cuentan con milagros que certifican, validan y dan confianza".

Es tal la fe, la creencia que impulsa a quien busca este tipo de ayuda que no mide consecuencias, ni analiza si quien lo va a atender sólo quiere lucrar con sus desgracias. Apela a la gran necesidad de encontrar una salida al final del túnel, razón por la cual muchos pueden abusar de esa situación.

Elena (la única que no quiso mostrar su identidad real para la nota), también parapsicóloga, asegura que el tema recurrente de quienes la consultan es el económico. "Es que es la base de todos, ya que la mayoría de las parejas tienen problemas por ese motivo, aunque también viene mucha gente por problemas de infidelidad y cuestiones vinculadas con el amor. Otro dato curioso es que cada vez vienen más hombres a la consulta, antes eran más mujeres, pero ahora ya no tienen ese prurito. A esto se suma que ellos son más decididos y frontales y las mujeres más indecisas".

Indudablemente este tipo de práctica cuenta con cientos de miles de años y es parte de la historia del hombre, más allá de todas las criticas en contra o de quienes se aprovechan de la fe para estafar a los más desesperados.