La euforia copó Santa Lucía y no fue para menos. Es que Peñarol le había complicado demasiado las cosas y gracias a ese golazo del Puma Garipe faltando menos de 10 minutos para el final desató la alegría en el vestuario Lechuzo con una coincidencia absoluta: era una final y había que ganarla. Daniel Garipe fue uno de los que habló y admitió el valor del gol pero mucho más la trascendencia del triunfo: “Uno siempre está para aportar desde donde sea. Cuando entré busqué aportar lo mío y en el gol reconozco que le pegué como venía y tuve la suerte de que se metiera ahí, después del rebote en Biasotti. Lo festejamos con toda el alma porque sabemos que en este certamen no se pueden dar ventajas y perder puntos de local, te pasa factura. Son finales y hay que ganarlas. Ya pasamos la primera y ahora hay que empezar a mirar a Mendoza para ir a San Martín”.
El técnico Miguel Sánchez también priorizó el valor del triunfo por encima de la forma en que lo consiguieron: “A esta altura del torneo, primero hay que ganarlo y después ver si se jugó bien, mal o más o menos. Eso lo tenemos muy metido en la cabeza porque nos conocemos tanto entre todos que los partidos se complican muchísimo. Peñarol nos complicó en el primer tiempo y creo que lo emparejamos pero nunca pudimos hacernos dueños del todo del trámite. Llegó ese golazo de Garipe y conseguimos lo que esperábamos en el debut: ganar. Eso es lo importante.
