En el primer debate presidencial de la historia argentina de cara al primer balotaje, Mauricio Macri fue más Macri que nunca frente a un Daniel Scioli tenso: desestructurado, sereno y firme, el jefe de Gobierno porteño buscó tomar la iniciativa y asociarlo constantemente al kirchnerismo y plantear a los votantes un mensaje positivo de cara al futuro.

Previo al debate, tanto Macri como su colaboradores más cercanos aseguraban, por lo bajo, que la segunda vuelta electoral “ya estaba ganada” y que “no había que perderla” con errores, y eso se vio reflejado durante el encuentro que se realizó en la Facultad de Derecho.

Así, el candidato presidencial del frente Cambiemos esquivó las agresiones personales de su rival por el Frente para la Victoria, y buscó en todo momento asociarlo con el kirchnerismo, con referencias puntuales a la presidenta Cristina Fernández, y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, entre otros funcionarios nacionales. Desde el primer bloque, Macri buscó tomar la iniciativa y tratar de asestar algún golpe de efecto, como el pase de factura a Scioli por su ausencia en el debate organizado para la primera vuelta electoral, y se mostró firme y sereno.

Los ataques de su rival, que azuzó el miedo ante eventuales ajustes y devaluaciones, no lo incomodaron ni lo corrieron del eje, y eludió hablar de cepo ni qué hará con los subsidios. Las sonrisas del inicio y el abrazo del final, dejaron paso durante el desarrollo del debate a un tenso y estricto seguimiento de la hoja de ruta planificada por Macri y su equipo, que fue buscar incomodar a Scioli tanto por su pertenencia al Frente para la Victoria (y por carácter transitivo responsabilizarlo por la actual inflación y la devaluación), y por la deficiencia de la gestión en la provincia de Buenos Aires al mostrar sus contradicciones. Utilizó un discurso inclusivo para interpelar a los votantes, les habló de manera directa y recordó “la alegría” que representó la pasada elección del 25 de octubre. Optó por ignorar a su rival (a quien sin embargo miró fijamente cada vez que aquél hablaba). También cuestionó la falta de cumplimiento de los 180 días de clases en territorio bonaerense o la postura frente a la situación política de Venezuela y ante el Memorándum con Irán.