Con una mochila con algunas de las pertenencias rescatadas a último momento, antes de ser evacuada, regresó a su hogar y fue cuando la angustia la invadió al ver lo que el agua destrozó. Esto es lo que vivió Nancy Paredes al ingresar a su vivienda de la Villa Pons de Pocito, luego de abandonarla por precaución, el jueves pasado cuando se desató la tormenta. Esta fue la sensación que vivieron los evacuados que ayer comenzaron a regresar a sus hogares. Al cierre de esta edición, ya habían dejado las escuelas unas 800 personas, de los 3.000 evacuados.
‘Los colchones no me sirven porque están empapados. No sé cómo voy a hacer‘, dijo Daniel Ramito, quien vive junto con sus 4 hijos y su mujer en el asentamiento de calle Aberastain y calle 15 en Pocito. Una situación similar se vivió en Santa Lucía cuando Paola Gutiérrez llegó ayer a ver los daños que quedaron en su casa del Lote Hogar 26, y se encontró con que el agua aún estaba dentro de su casa. ‘La habitación que comparto con mis 4 hijos está llena de agua, no se secó nada. Ahora me tengo que poner a secar y limpiar todo, y lo tengo que hacer sola‘, contó la mujer de 28 años.
‘No puedo creer lo que me encuentro. Hay una pared de mi casa que está por caerse y no tengo un peso para comprar un palo y apuntalarla. Yo me voy a volver a la escuela porque acá no puedo estar con mis hijos. Además, no tengo agua potable, estoy sin mercadería y sin cocina‘, contó Petronela González, mientras cargaba un bolsito con ropa para llevarse a la escuela Necochea de Santa Lucía en donde estuvo alojada desde el viernes junto a su familia.
Muchos de los hombres decidieron quedarse en sus casas cuidando sus pertenencias e intentando hacer lo posible para no perder lo poco que les quedaba. Este fue el caso de Carlos Ruiz, quien se quedó todas las noches en la vivienda en la que vive junto a su esposa y 3 hijos, y lo hizo porque temía que algunos ‘pícaros‘ quisieran robarse las cosas de más valor. Además, dijo que estuvo toda la noche del viernes y sábado apuntalando con palos una de las paredes de la casa que comenzó a derrumbarse ya que el barro y las cañas con las que está construida.
Muchos de los que empezaron a volver a sus casas, decidieron dejar a los chicos en las escuelas, por seguridad.
