Sorpresivamente, sin anuncio previo la presidenta Cristina Fernández se reunió anoche en la Casa de Gobierno con el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, y con el secretario general de ese cuerpo eclesiástico, Enrique Eguía Seguí. Según trascendió se trató de un encuentro que fue la continuación del que habían mantenido en Roma para el inicio del pontificado del Papa Francisco.
Si bien no se informó el tenor de la conversación, que se extendió casi una hora, trascendió que el motivo giró en torno a la reforma Código Civil y a las inquietudes de la Iglesia, tema que ya se había analizado en Roma. Asimismo, se supo que habría habido una invitación de las autoridades del Episcopado para la asunción el próximo sábado 20 del nuevo arzobispo de Buenos Aires, el pampeano Mario Poli, el sucesor del papa Francisco en la Catedral porteña y con quien ayer concelebró una misa en el Vaticano.
Finalizado el encuentro, la mandataria acompañó a Arancedo y a Seguí hasta el oratorio de la Casa de Gobierno, donde el miércoles se ubicó un cuadro del papa Francisco. Lo curioso fue que personal de la Casa de Gobierno debió colocar de apuro el cuadro sobre una silla ante la inminente visita presidencial, ya que el clavo en que había sido colgado no resistió el peso y lo hizo caer.
Un rato antes, la Presidenta encabezó un acto en la Casa Rosada donde promulgó las leyes para trabajadores de casas particulares y de penalización del trabajo infantil, volvió a ejercer una fuerte defensa de la reforma judicial.
‘Que se entere todo el mundo, los derechos en Argentina son cada vez más para todos‘, dijo la Presidenta al promulgar las leyes mencionadas. Además, agregó que ‘cuando asoman tragedias, se ve cuánto falta por hacer, y cómo se ve lo mejor y lo peor del ser humano‘, al referirse al trágico temporal que azotó La Plata, y recomendó que ‘para aquellos a los que le aflora lo peor, a los violentos, a los que quieren lucrar con la emergencia, la justicia debe actuar‘.
La presidenta lamentó que “en 60 años no hubo ni un solo juez que declarara inconstitucional el decreto que consideraba al personal doméstico totalmente distinto al resto de los trabajadores”.
