De la mano de la Agencia Córdoba Turismo, el humorista Cacho Buenaventura regresa al pago sanjuanino con el espectáculo ‘Córdoba te invita a reír y cantar" que tendrá lugar en Parque de Mayo este fin de semana. Y no vendrá solo ya que estará compartiendo la jornada con nada menos que los chicos de La Barra. Una tarde de cuarteto y de humor cordobés que será imperdible. Previo a su llegada, Cacho habló con DIARIO DE CUYO sobre su momento artístico, su feeling con el público sanjuanino y sobre el crecimiento de Carlos Paz como la meca del espectáculo del verano que se viene.
– ¿Cómo explica la buena química con los sanjuaninos?
– Nació en mi primer show de hace 20 años en el Teatro Sarmiento. ¡Lo que pasé esa noche! No veía la hora de terminar porque la gente estaba dura, ni un gesto hacía, no reaccionaba. Entonces quise terminar rápido y al final cerré la función con una canción de Alberto Cortez y me fui sin despedirme. Cuando salí de escena me gritaron: ‘¡Loco andá a saludar que están aplaudiéndote!". Volví a ver qué pasaba y todos estaban de pie gritando. Nunca había tenido esa devolución, quedé paralizado de la ovación que me hacían. A partir de ese momento, el público de San Juan me aprobó el examen. Y desde esa noche el amor con ellos creció con cada función.
– Hasta ganó grandes amistades aquí…
– Sí porque cada vez que voy, me junto con amigos que tengo a jugar al pool en un bar frente al Automóvil Club Argentino. Aunque en el pool soy un desastre, me matan en la partida. Pero soy más habilidoso en el billar y pegar de carambola. Algún día les voy a ganar.
– Con 35 años de trayectoria ¿tiene todo cumplido?
– Fui consecuente con lo que pienso y con lo que hago, darle humor a la familia. Estamos muy acelerados en la rutina diaria que dejamos de lado cosas que son elementales en la vida, no atendemos bien a los hijos, a la gente mayor la abandonamos y bueno, así nos va también como argentinos. Entonces mi obligación es hacer reír a la gente. Darle esperanza y aliento al público. Por eso propongo la risa como defensa propia.
– ¿Es lo que aprendió después de haber sufrido la pancreatitis?
– Lo que no te mata, te fortalece. Esa fue mi lección. En el momento de mi recuperación, entendí que la mejor forma de sentirse bien es riendo y hacer reír a los demás. De allí que nació mi monólogo de la terapia. Así fue como ayudo a mucha gente que sufre su ‘pancreatitis’ o su ‘crisis’ con el remedio más efectivo: la risa.
– ¿Qué olfato tiene para lo que se viene en Carlos Paz?
– No sólo Carlos Paz, sino toda Córdoba se prepara para el verano. Hay una movida muy fuerte en cuanto a nuevas salas que se están abriendo en Mina Clavero, Calamuchita, Cruz del Eje, todo eso sumando la cartelera de festivales en cada pueblo del interior. La verdad que está convirtiéndose en una plaza muy codiciada, incluso para artistas que vienen de Buenos Aires y de Mar del Plata. Ya lo vimos con Stravaganza este año y supongo que este verano Córdoba la rompe.
– ¿La competencia entre los humoristas cordobeses es reñida?
– No compito con nadie. A lo sumo lo hago conmigo. Soy un bicho raro del espectáculo porque en vez de estar en una fiesta de famosos, prefiero comer en casa con lo que prepara mi mujer. Tengo recelo a la frivolidad y a la vanidad del ambiente. No soy estrella en busca de fama y éxito, solo un tipo suertudo y un privilegiado al que la gente le paga para que los haga reír. Esto no es una carrera de velocidad, sino que me gusta jugar más a la resistencia. Con 35 años resistí muchas cosas y he visto a gente que ha corrido y ha vuelto tan rápido de donde salió, que terminaron repitiéndose. La gente se pone bien con mis espectáculos y no tengo otra ambición. No me interesa ser el número uno, ni el que tenga más premios.
