Podría decirse que en este momento es el único sanjuanino que conduce un programa de televisión a nivel nacional. Darío Barassi parece haber logrado tener nombre propio en los medios porteños porque a pesar de haber renunciado al programa AM para tomarse tres meses en Nueva York, volvió y siguió teniendo trabajo: en marzo regresa a Fox Life (ex Utilísima) para grabar Rico y Abundante; regresó a Chicos católicos, la obra de teatro que integra hace tres temporadas y aceptó conducir un programa en Canal 9 junto a Dalia Gutman, ’90 días o menos'( todos los días a las 17.30), que debutó el lunes compitiendo nada menos que con el tanque del momento, la novela Avenida Brasil. Como era de esperar midió poco (2.4 puntos) pero no es el rating lo que preocupa al joven actor y abogado, sino seguir avanzando en el océano mediático.
-No en AM no sigo, terminé mi ciclo en septiembre del año pasado, volví y tengo muy buenos términos, me ofrecieron volver, pero necesito desafíos. Necesito una situación que no me sea cómoda, está claro que me puedo poner una peluca y hacer un personaje, pero ¿qué más puedo hacer? Por eso acepté hacer este programa todas las tardes por canal 9.
-En general cuando uno hace estas cosas, uno piensa en eso, pero sinceramente después del viaje volví con ganas de desafíos personales, cómo me siento como conductor, tengo en mi cabeza claro el tipo de programa que quiero hacer, un formato que vaya a la medianoche un formato universal al que le quiero agregar mis ideas. Estoy convencido que ese va a ser mi programa y por mucho tiempo, pero para llegar a eso tengo que formarme. Creo que tengo condiciones, pero me falta práctica.
– No lo pensé. Me iba de vacaciones 10 días a México a ver a mi hermano y después dije, voy a estar cerca de Estados Unidos, Broadway y los mejores profesores, tengo ganas de hacerlo. Me sentía chato, confió en mí porque me preparo, estudio canto, teatro. Soy un pibe que mediáticamente encontró su lugar, entonces decía, ya está tengo un techo, no encontraba la vuelta. La idea fue romper con todo, arriesgarme, y eso que yo no soy un tipo muy arriesgado en la vida, y sí esto fue un riesgo. Cuando volví fue raro, la tele en ese sentido tenés que estar permanentemente mostrándote, igual me encargue estando lejos de mover las redes sociales, que me identifican. Obvio, no estar en pantalla tienen su precio. La tele necesita presentismo, es un trabajo, una empresa. Si desapareces tres meses, después tenés que venir y bancarte tener que tocar un par de puertas. Por suerte propuestas no faltaron.
– Toda la plata que llevaba, porque podía no comer, que es mucho para mí, me gastaba toda la plata en teatro. Tengo que haber visto en total casi 40 obras y estuve 60 días. Me volvió loco el teatro, el nivel. Esa magia que tiene la ciudad… caminás y la cabeza se parte al medio, se te abre y te pones más creativo. Me senté en Times Square y entendí todo. Esto soy yo, no me importa la abogacía, no me importa nada, yo algún día voy a estar en una pantalla acá, como sea. Sentí que es mi lugar. Toda la vida supe que tenía algo que me diferenciaba, ni para bien ni para mal, sentado ahí, decía, sí, esto es lo mío.
-¡¿Vos sabés que no?! Extrañé muchísimo Argentina, los argentinos, la comida, el arte, a mi familia, los amigos, me di cuenta que estoy mucho más arraigado de lo que pensaba. Es un gran lugar para ir una semanita al año.
-Entendí que la fama lo mediático, es mi laburo, cuando la cámara se apaga, cuando me bajo del escenario, vuelvo a casa, estoy con mi novia, pido delivery y veo una película. Es mi trabajo, lo entiendo cada vez más, soy consciente que si voy a un lugar muy popular, estoy más expuesto. Aprendí a elegir y a separar la fama de los vínculos más reales, que es lo personal.
-La pase muy bien esta vez en San Juan estuve dos semanas enteras, y esa magia que tiene San Juan sigue intacta, mi familia, mis amigos. Sinceramente es muy genuino y muy fuerte el cariño de la gente en San Juan. Por ahí me decían cosas como sos un orgullo provincial y yo decía, ¡pará! que no me merezco eso.
