Aquel 0-1 de la ida no había dolido tanto. Se podía. Era cuestión de que Desamparados se convenciera y mostrara sus pretensiones de ascenso ante un rival ordenado como Agropecuario que hizo lo que tenía que hacer para cuidar esa, su ventaja. Pero Sportivo quería y al final pudo porque recién en el tramo final logró resolverlo cuando Saez abrió la cuenta en una aparición electrizante y después, faltando apenas 4 minutos, cuando Fede Acevedo hizo historia para meter el 2-0 y sentenciar un ascenso que costó lo que tenía que costar en Puyuta.

No fue cómodo para Sportivo. Nunca pudo poner todo a su favor en el juego, pero siempre fue el que más buscó, el que más intentó. En el primer tiempo, la marca sobre Lucas Godoy lo dejó con poca creación para romper el orden de Agropecuario pero así y todo le generó un par de chances que el arquero Salort resolvió con enorme categoría. El tiempo corría y Sportivo no podía. La ansiedad empezaba a ganar su partido y era el momento de repartir de nuevo. En el complemento, Dillon decidió meter mano y de verdad. Sacó al capitán Valori y a Argumosa, metió a Henry Sáez y a Emilio Ochoa y con eso, ganó en todo. En juego, en verticalidad y en gol, fundamentalmente porque a los 22’ Ochoa la armó con Narvaez por la derecha, llegó en centro rasante al corazón del área y Saez apareció para fusilar a Salort que sólo pudo mirar. Quedaban más de 25 minutos y dependía más que nunca de este mismo Sportivo. Fue así nomás. Arriesgó el resto. Con errores, disimulando falencias pero con el corazón en la mano, Desamparados fue por el premio mayor y de un córner cuando apenas quedaban 4 minutos, la peinaron en el primer palo y en el segundo apareció desmarcado Federico Acevedo para empujar al gol y sentenciar el regreso de Desamparados al Federal A.

Si tenía que haber un ganador ese debía ser Sportivo por todo lo que apostó. Aún con las limitaciones propias de la ansiedad, de tener que jugar contra el tiempo y de equivocar los caminos. Desamparados quiso y esta vez, pudo. Merecido lo tiene.